Siguen apareciendo nuevas víctimas del médico Gustavo Arzuza, que está internado en el Hospital Central, con custodia policial. El médico cirujano fue imputado por la muerte de Beatriz Gattari, la mujer que falleció tras ser intervenida en su clínica clandestina de calle Alem de Ciudad.
La difusión del caso provocó que otras víctimas de Arzuza y su pareja, la rumana Laura Duta que también fue detenida e imputada, se animaran a contar sus testimonios. Fue el caso de una joven que prefirió guardar su nombre y pasó en julio y setiembre por dos liposucciones.
"La segunda operación sí, tuve una complicación. No me agarró la anestesia, me durmió y me operó igual. Sufrí mucho porque los dolores eran insoportables. Me puso suero y le dije que me lo sacara porque estaba arrepentida. Tenía miedo, estaba descompuesta. Me dijo que me calmara, que eran nervios normales y me durmió", relató la joven.
En su relato la mujer dijo que cuando se despertó lo vió a él y su mujer al lado de la camilla. "Estaban fumando y yo les decía que me sentía mal. Sentía que me moría, sentía las heridas abiertas. Le pedí que me ayudara pero no me hablaba ni de daba vuelta. Después me dijo que era capricho, que ya iba a estar bien, que me quedara callada. En ese impulso quise levantarme entonces y con la mujer, uno de cada lado, me ataron las manos a la camilla", agregó la mujer que ya declaró ante la fiscal Claudia Ríos.