Se trata de los casos en los que se utiliza la autorización de uno de los progenitores para hacer un viaje de vacaciones a otro país y de las demoras para restituir los pequeños al lugar de origen.
Allí, entre 300 expertos de 100 Estados, estuvo la abogada mendocina Fabiana Quaini, única observadora argentina de la International Academy of Family Lawyer (Academia Internacional de Abogado Familiar).
Los casos de niños que son secuestrados por uno de sus padres son un problema más común de lo que se cree. Cada año se reciben en la Cancillería argentina 150 pedidos de restitución de niños.
Uno de los casos emblemáticos en Mendoza es el del Tomasso, el nene italiano que, con 3 años llegó a Mendoza con su madre mendocina en 2009.
La mujer escapó de Italia aduciendo malos tratos del padre del niño y este luego llegó al país pidiendo la restitución y consiguió que la Corte Suprema de la Justicia de la Nación ordenara el regreso de Tomasso Italia en 2016, algo que aún no ocurre.
"Por lo general, son las madres quienes viajan de un país donde están radicadas a su país de origen junto a sus hijos, casi siempre con la excusa de vacacionar o visitar un familiar enfermo, luego no los regresan al país donde estos tenían su centro de vida antes del traslado, violando el derecho de custodia del padre, quien autorizó el viaje por un motivo concreto y tiempo acordado, pero nunca el cambio del lugar de residencia", explicó Quaini, quien participó de las 7 jornadas –del 10 de este mes hasta ayer– en el Palacio de la Paz, en La Haya.
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