Las tareas están en marcha. "Se trata de ocho pozos exploratorios que se van a estar realizando ahora en agosto y septiembre –señaló el subsecretario de Energía y Minería, Emilio Guiñazú- eso es muy importante porque si sale bien ya nos pone de cara a yacimientos comerciales que van a comenzar a producir petróleo para la Provincia, es una muy buena noticia, que necesitamos comenzar a levantar la producción petrolera luego de un primer semestre un poco complicado". Otro de los detalles remarcados es que se trabajará con toda mano de obra de la provincia.
Esta asociación público privada no es fruto de la ley sancionada recientemente, sino que se viene trabajando desde antes, a través de lo que se denomina Sociedad Anónima de Participación Estatal Mayoritaria (SAPEM), un formato asociativo en el que la provincia fue un poco pionera, y permite actuar más ágilmente, evitando burocracias, y se usó ya para el desarrollo de minicentrales inscriptos en el RenovAr, el programa energético que se lanzó desde el Estado central.
Es temprano para evaluar potenciales, pero las inversiones en marcha entre públicos y privados ya significan 50 millones de dólares, donde los privados asumen riesgo, aunque hay un adecuado nivel de certeza de que algo se va a encontrar, en una industria en que uno de cada tres pozos no contiene nada.
Desde el Gobierno no arriesgan cifras aún de los resultados económicos que se podrían lograr, pero el clima es de optimismo y los dividendos se esperan en un plazo relativamente breve. Se sabe que la energía es uno de los talones de Aquiles de la economía Argentina, y la administración Cornejo ya tiene logros para mostrar en el área a pesar de llevar menos de dos años al frente de Mendoza: en septiembre se inaugurará la central térmica de Anchoris, en tiempo record, y en pocos días comienzan nuevas exploraciones petroleras. Veremos qué opina la ciudadanía, que en una semana dará un veredicto inapelable.