El lunes, realizaron la audiencia preliminar del segundo juicio por el Caso Provolo en los tribunales mendocinos. Fue con la lectura de las acusaciones contra las nueve imputadas, entre ellas las monjas Kosaka Kumiko y Asunción Martínez, además de las exapoderada legal del Instituto, Graciela Pascual.
En esta audiencia preliminar se leyó la parte formal de las acusaciones y se extrajeron los datos de las imputadas, y como la causa tiene muchas fojas de actuaciones, la misma demandó varias horas y se pasó a un cuarto intermedio para el miércoles 12 de febrero.
La instrucción de la causa la llevó adelante el fiscal Gustavo Stroppiana, quien sostuvo que las mujeres "sabían de los delitos que se cometieron y no los denunciaron, ni hicieron nada para evitarlos, por eso en distinta medida son responsables del delito de encubrimiento".
Además de Kumiko, Martínez y Pascual, las otras imputadas son las exdirectoras de la entidad, Gladys Pinacca, Valeska Quintana, Laura Gateán, y Cristina Leguiza, la cocinera Noemí Paz, y la psicóloga Cecilia Raffo.
Para este segundo juicio oral se consiguieron unificar las diferentes causas. La más comprometida es Kumiko, una religiosa de ascendencia japonesa que se encuentra con prisión domiciliaria, y está imputada como partícipe primaria de los abusos cometidos en el Próvolo, en siete hechos, en uno de los cuales está sindicada como autora penalmente responsable de un abuso simple.
Las otras ocho imputadas llegarán al debate en libertad, aunque Graciela Pascual ya estuvo detenida por un lapso mayor a dos años, desde el 24 de agosto de 2017, primero en el penal de Cacheuta, y luego le concedieron la prisión domiciliaria, pero en octubre de 2019 le fue otorgada la libertad por una argucia legal, ya que se retrasó el inicio del juicio oral, y sus defensores se la consiguieron mediante un habeas corpus.
El caso ya tiene tres condenados
Por este mismo caso, la justicia mendocina condenó el 25 de noviembre de 2019 a los sacerdotes Horacio Corbacho y Nicola Corradi a la pena de 45 y 42 años de prisión, respectivamente, y al jardinero Armando Gómez a 18 años de cárcel acusados por abusos sexuales y corrupción de menores a niños con hipoacusia en el Instituto Antonio Próvolo de Mendoza.
Corbacho (61) fue juzgado por 16 hechos: tres de abuso sexual con acceso carnal gravemente ultrajante; siete de abuso sexual con acceso carnal; cuatro de abuso sexual simple; uno por abuso sexual gravemente ultrajante; y uno por corrupción de menores.
A Corradi (83) se lo juzgó por seis hechos: dos por abuso sexual gravemente ultrajante; uno por abuso sexual con acceso carnal y gravemente ultrajante; uno por abuso sexual con acceso carnal; y dos por corrupción de menores.
Al jardinero Gómez se le condenó por seis hechos: uno por abuso sexual simple; uno por abuso sexual gravemente ultrajante; dos por abuso sexual con acceso carnal y gravemente ultrajante; y dos por corrupción de menores.