Este martes, en la audiencia N°21, una joven que es una de las primeras denunciantes y testigo de identidad reservada, del caso Instituo Próvolo, dio detalles de una especie de rito que tenía el sacerdote Horacio Corbacho (61) y de la cual fue víctima, junto a sus compañeros.
De acuerdo a la declaración que realizó en Cámara Gesell en 2017, el sacerdote buscaba a un grupo de niños de forma reiterada, a los que les hacía cambiarse la ropa y si bien todo parecía un juego, los tocaba sin que esa acción apareciera durante la filmación que hacía con una cámara de grabación personal.
Cuando daba por terminado el hecho, los golpeaba y buscaba quedarse en soledad con la víctima que elegía para cometer los abusos sexuales.
Los videos y la cámara filmadora fueron secuestrados en uno de los tantos allanamientos que se hicieron en el edificio de la calle Boedo al 300 y, alguno de ellos, habían sido posteados por el clérigo en su perfil personal de Facebook.
Además, la joven -tenía 20 años-, recordó que en aquellas oportunidades aparecía la monja Kumiko Kosaka.
La religiosa, que enfrenta acusaciones por delitos sexuales al igual Nicola Corradi (83) y el ex jardinero Armando Gómez (51), le habría realizado tocamientos, ya en su adolescencia, a la hora de realizarse el aseo de las alumnas en las duchas. El Sol