Desde Mar del Plata a Misiones: una historia de solidaridad que lleva una década desde su inicio

Hace poco más de diez años, una joven marplatense decidió ayudar a una comunidad de Misiones: se trata de la Aldea Guapoy, la cual se encuentra muy postergada pero que recibe la ayuda de gente que decide actuar desinteresadamente para aportar su granito de arena. Si bien la complejidad de la situación no permite que la ayuda alcance para todos, Milagros creó lazos muy fuertes con los alumnos, alumnas y maestra de la escuela del lugar y esa relación permanece.

La Aldea Guapoy está situada al norte de la Provincia de Misiones, muy cerca de Puerto Iguazú, en Puerto Libertad. Más específicamente, en el acceso de la Ruta Nacional 12, entre el lago Urugua-í y el control de gendarmería. Se trata de una comunidad guaraní que vive en condiciones de extrema precariedad.

Desde el 2012 la joven marplatense apadrina la escuela; envía útiles, elementos de higiene y alimentos. En el establecimiento hay entre 50 y 70 niños y niñas.

Todos los años envía materiales para el inicio de clases (cartucheras, mochilas, útiles escolares) además de alimentos no perecederos, entre otras cosas.

“Cuando comencé a ayudar cocinaban afuera, con maderas y ollas. Con el pasar del tiempo, mucho sacrificio y lucha se pudo conseguir una cocina desde acá de Mar del Plata y la mandamos para allá, compramos una heladera, le pagamos a una cocinera porque en ese entonces había una sola maestra para todos los nenes. Inclusive, la maestra tenía que cocinarles y darles el desayuno. Al día de hoy lograron hacer la escuelita -era una edificación muy precaria antes- tiene dos aulas, con dos maestras, se logró conseguir una cocinera fija”, recordó la mujer en dialogo con Vía Mar del Plata.

Milagros comenzó a realizar esta acción solidaria a sus 16 años de edad. “Empecé con un coordinador de una agencia de viajes que iba para allá, yo viajaba mucho para esa zona en ese momento y en uno de esos viajes nos dijo que quería armar un grupo de gente, juntar cosas acá durante el año, mandarlas e ir a Iguazú a festejarles el Día del Niño a distintas aldeas”, afirmó.

Y explicó que “el primer año, el grupo estuvo conformado por cerca de 55 personas, se hizo una colecta enorme de juguetes, alimentos y nos cargamos todo al micro y fuimos. Hicimos festivales para celebrar el día del niño, repartíamos golosinas y las donaciones y nos quedábamos una semana, más o menos. Con el tiempo, llegamos a colaborar con cinco mil chicos y chicas”.

“Si bien está bueno llevarles cosas una vez por año, los nenes necesitan cosas todo el tiempo”, expresó.

Milagros se abrió del grupo con el pasar del tiempo, pero continuó realizando su acción solidaria y manteniendo una relación de amistad con la gente de esa aldea. Su aporte se mantiene en el tiempo y aunque sus responsabilidades no le permiten viajar tantas veces como ella querría, continúa enviando donaciones e invita a todos les que puedan a colaborar.

Quienes deseen ayudar, pueden comunicarse con ella a su Instagram o Facebook.

Entre los elementos que está recaudando hay:

• Lápices negros
• Gomas
• Lápices de color
• Sacapuntas
• Hojas de carpeta
• Plastilinas
• Témperas
• Tijeras
• Pinceles
• Revistas para recortar
• Artículos para nivel inicial
• Libros
• Cartulinas
• Campana o timbre
• Cartucheras
• Mochilas
• Alimentos no perecederos
• Una olla y pava
• Juguetes para niños de jardín

¡Queremos contar tu historia! Nos interesa lo que tenés para contarnos, escribinos a historias@viapais.com.ar y un periodista de nuestra redacción se va a comunicar con vos.