La mujer, que sufrió el desprendimiento de ambas retinas cuando Goncharuk la golpeó varias veces en su cabeza y contra una pared, explicó que "pedí el dispositivo de monitoreo para ciegos y no me lo traen, ni siquiera me atienden; no tengo custodia en mi casa, estoy indignada".
"Me siento desamparada", fueron las palabras de Susana Gomez a Télam: "el Estado, la Justicia, la Policía no me escuchan, yo estoy ciega gracias a ellos y no hacen nada".
"Los funcionarios tienen choferes, custodia y yo no tengo, a pesar de haberlo ordenado la justicia", destacó Gómez.
Susana volvió a reclamar que se le brinde la custodia permanente que dispuso la Justicia y se le entregue un dispositivo en Braille que pueda advertirle si el hombre viola el perímetro de 100 kilómetros dispuesto por el juez.
El hombre fue liberado el 20 de septiembre último luego de cumplir una condena a ocho años de prisión y a pesar de que no realizó un curso de violencia de género que preveía la sentencia.
A Goncharuk se le colocó una tobillera electrónica y se le impuso una restricción de un radio de 100 kilómetros para no acercarse al domicilio donde vive Gómez, junto a los hijos de ambos.
El hombre fue condenado por los golpes que dejaron ciega a Gómez y antes de su liberación, el juez de Familia Hugo Rondina resolvió proteger a la víctima y su familia con "un perímetro en 100 kilómetros de distancia", radio que resulta ser más amplio que los 700 metros lineales que se establecen como mínimo para la aplicación de tobilleras duales.
El magistrado ordenó además que se le entregue a la mujer un dispositivo rastreador y se le brinde una custodia dinámica y permanente.