Varios cientos de "diablos" -sin que esto sea metáfora ni exageración- dieron vida a un dantesco espectáculo este fin de semana en Humahuaca cuando la ya casi centenaria comparsa "La Juventud Alegre" realizó su ceremonia de "desentierro" del Pujllay en las afueras de la ciudad y el posterior descenso hacia las calles del centro.
Esto ocurrió el sábado último y como es tradicional, el ritual comenzó al atardecer en un punto alejado de la zona poblada, donde desde el año anterior permaneció entrerrado el muñeco que representa al simpático diablito de la alegría.
Extraído de las entrañas de la tierra, en las primeras horas de la noche el Pujllay es llevado a la ciudad en bulliciosa caravana que encabezaron esta vez unos 400 disfrazados, acompañados por una alegre banda de vientos y redoblantes, un incansable grupo de jóvenes mujeres que entonaban las pícaras estrofas del carnavalito que identifica a la comparsa, y el resto de seguidores poniéndole voz al inconfundible estribillo que anima y reafirma: "Soy de la Juventud Alegre... ¡¡¡que viva nuestra comparsa!!!"
El ingreso al pueblo se produjo, como siempre, por la zona de la "plaza del cañón" -como se cononoce al sitio-, a pocas cuadras del Monumento a los Héroes de la Independencia.
Allí se plegaron otros cientos de personas de todas las edades, y todos engrosando la comparsa atravesaron la ciudad dirigiéndose a las instalaciones del Club Estudiantes, donde a su llegada comenzaría el baile con las actuaciones en vivo de numerosos artistas.
Allí la fiesta se extendió hasta el amanecer, como será todos los días de carnaval.
El fantástico pasacalles de aquella noche iluminada por fuegos artificiales permitió ver además de saltarines diablos y diablas de todos los tamaños y colores, personajes como el "abogado del diablo" -que a su paso y con voz chillona "notificaba" a los hombres la "amenaza" de "juicios por alimentos" a favor de mujeres "engañadas" en carnavales pasados-.
También este año están una tenebrosa "novia", el "minero del socavón", el "cocinero"; "Pennywise", el aterrador payaso villano de "It"; algunos pocos "pepinos", a la antigua usanza; e incluso una "gallina" riverplatense, con la contrapartida de un diablo xeneize con el 10 en la espalda.
A lo largo del domingo y el lunes la comparsa debía cumplir desde el mediodía con numerosas "invitaciones", por lo que nuevamente pudo verse a los diablos, la banda y sus seguidores bailando y coreando por las calles de la ciudad histórica la enérgica consigna: "Soy de la Juventud Alegre... ¡¡¡que viva nuestra comparsa!!!".