Una dotación de bomberos de la Policía de Jujuy enviada por el Gobierno de la Provincia para ayudar en la lucha contra los focos de incendios forestales en Bolivia, completó su misión de diez días y emprendió el regreso a nuestra ciudad, pero antes de salir del vecino país los efectivos fueron homenajeados por las autoridades bolivianas de la Gobernación de Tarija.
El acto tuvo lugar en la sede del Poder Ejecutivo local, presidido por el gobernador del departamento Tarija, Adrián Oliva, quien en sus palabras dirigidas a los bomberos jujeños destacó su profesionalismo y por sobre todo el abnegado espíritu de servicio que en todo momento pusieron de manifiesto.
Al mismo tiempo el mandatario reiteró su agradecimiento a las autoridades jujeñas por la colaboración prestada en estas y otras circunstancias en las que Tarija y Bolivia necesitaron algún tipo de ayuda solidaria, y en testimonio de su gratitud para con la delegación jujeña entregó a cada uno de los bomberos una placa recordatoria donde reconoce su meritoria labor en la Chuiquitanía.
El personal había sido destinado por las autoridades bolivianas a la región de San Antonio de Lomeria, localidad ubicada a 400 kilómetros de Santa Cruz de la Sierra y a la que se accede por caminos de complicado trazado, lo que no fue obstáculo para la comitiva jujeña, que desarrolló su tarea con solvencia y efectividad.
En un artículo publicado por el diario cruceño El Deber, el periodista David Maygua captó con precisión la mirada y el ánimo de los bomberos jujeños tras la experiencia.
"Yo les decía a mis compañeros que era un cementerio de árboles, porque una gran cantidad de especies forestales estaba caídos y consumidos por el incendio", describió Carlos Florentino Mamaní, director general del Cuerpo de Bomberos de Jujuy.
"Nos dio tristeza, como personas e integrantes de una unidad de emergencia, llegar al lugar y ver eso", añadió.
Nunca antes estos profesionales habían afrontado un incendio de tal magnitud y entre las vivencias registradas durante el perído de servicio Mamaní señaló las varias oportunidades en las que pudieron salvar del avance de las llamas a diferentes especies de animales salvajes.
Uno de esos casos fue el salvataje de un ejemplar de oso perezoso, al que rescataron de las proximidades de las cenizas y pudieron hidratar, según relató el bombero. También "salvamos algunas liebres, monos y aves que estaban por el lugar, (donde) todo fue afectado por el fuego", acotó.
Asimismo la nota periodística recoge las palabras de los cabos Sergio César Gutiérrez y Gabriel Zenón Mamaní, que coincidieron en afirmar que sus "corazones y almas se quedaron en San Antonio de Lomerío" tanto por las atenciones recibidas de parte de las autoridades y comunidad del lugar como por el sentimiento de apoyo para los combatientes del fuego que tomaron la posta y los sucedieron en la ardua tarea de continuar dando pelea a las llamas.
San Antonio de Lomerío se sitúa 913 kilómetros al noreste de Tarija. La región se encuentra sumida en un grave cuadro de sequía y en su avance el fuego afectó ya más de mil hectáreas. En el área de trabajo de los efectivos jujeños se registraba altas temperaturas, superiores a 40 grados centígrados.
"Hay más de treinta comunidades, todos piden asistencia para salvar sus pastajes, ganados y viviendas", señaló uno de los bomberos que recibió una placa de manos del gobernador Oliva.
En lo que respecta a la propia zona de Tarija, este fin de semana se detectó una serie de focos ígneos en las comunidades de Alto Senac y Turumayo. Para última hora de la tarde de lunes las autoridades locales informaron que en el primero de los casos las llamas habían sido extinguidas, mientras que un contingente seguía trabajando en Turumayu.
"A pesar de tener la situación bajo control, efectivos se mantendrán alerta para evitar que el fuego se reactive", informó el Comando de Incidencias articulado por el Gobierno Autónomo Departamental de Tarija.