El Kremlin evitó pronunciarse sobre las causas de la muerte del destacado opositor de Vladimir Putin: Alexei Navalny. El acérrimo enemigo del líder ruso fue encontrado muerto en prisión.
Desde el Gobierno recalcaron que hay una “investigación en marcha” para esclarecer las causas del deceso, anunciado por el Servicio Federal Penitenciario. Líderes europeos le apuntan a Vladimir Putin.
Volodimir Zelenski, presidente de Ucrania, en guerra con Rusia, dijo que es “evidente que fue asesinado” en la cárcel.
Qué dijo el Kremlin sobre la muerte de Navalny
Desde el Kremlin evitan dar detalles.
“No sé, depende de los doctores determinarlo”, dijo el portavoz de la Presidencia rusa, Dimitri Peskov, tras ser preguntado por las informaciones publicadas por medios rusos sobre que el reo habría fallecido por un trombo sanguíneo, tal y como ha recogido la agencia rusa de noticias Interfax.
“En línea con las normas existentes, el Servicio Federal Penitenciario está llevando a cabo todas las aclaraciones y comprobaciones. No hay que dar instrucciones, ya que hay una batería de normas que guían las acciones del Servicio Federal Penitenciario”, ha recalcado.
Asimismo, el Comité de Investigación de Rusia en el distrito autónomo de Yamalia-Nenetsia ha apuntado en un comunicado publicado en su cuenta en Telegram que la rama del organismo en esta zona del país “ha abierto una comprobación procedimental en torno a la muerte de Navalny” en la colonia IK-3.
“En línea con los procedimientos establecidos por la ley, una serie de medidas operativas y de investigación están siendo llevadas a cabo para determinar todas las circunstancias del incidente”, ha reseñado.
Qué dijo el Servicio Penitenciario sobre Navalny
El Servicio Penitenciario Federal de Yamalia-Nenetsia ha indicado en un breve comunicado que “Navalni se empezó a encontrar mal durante un paseo y, casi de forma inmediata, se desmayó”. En este sentido, ha subrayado que los equipos sanitarios de la prisión se han trasladado al lugar, si bien no han logrado salvarle la vida.
El opositor de 47 años y que figuraba en la lista de individuos y organizaciones involucradas en activistas terroristas o extremistas en Rusia, fue detenido en enero de 2021 cuando regresó a Moscú desde Berlín, donde había estado recuperándose de un envenenamiento que él y los gobiernos occidentales atribuyeron al servicio de seguridad del presidente ruso, Vladimir Putin.
En agosto de 2023, un tribunal de Móscú lo condenó a 19 años de prisión por extremismo, una condena que debía cumplir bajo un régimen especial. A principios de enero, Navalny fue puesto bajo régimen de aislamiento tras ser trasladado de cárcel a una prisión de Yamalia-Nenetsia, en medio de denuncias de su entorno sobre que había estado casi tres semanas en paradero desconocido después de que no compareciera en sucesivas vistas judiciales.
Navalny aparece muerto en una prisión de Rusia
Alexei Navalny, que luchó contra la corrupción oficial y organizó protestas multitudinarias contra el Kremlin siendo el enemigo más acérrimo del presidente ruso Vladimir Putin, murió el viernes en la colonia penal ártica donde purgaba una condena de 19 años de prisión. Tenía 47 años.
La sorprendente noticia de la muerte de Navalny —menos de un mes antes de una elección que le dará a Putin otros seis años en el poder— provocó nuevas críticas e indignación contra el líder del Kremlin, que ha reprimido a toda la oposición en su país.
Navalny se sintió indispuesto tras un paseo el viernes y perdió el conocimiento, explicó el Servicio Penitenciario Federal en un comunicado. La ambulancia que llegó a la colonia penal donde cumplía condena intentó reanimarlo, pero no lo logró. Se buscaba “establecer” la causa de muerte.
Navalny estaba en prisión desde enero de 2021, cuando regresó a Moscú tras recuperarse en Alemania de un envenenamiento con una sustancia neurotóxica del que culpó al Kremlin. Desde entonces, recibió tres sentencias de prisión que rechazó alegando que respondían a motivaciones políticas.
Mandatarios de Occidente y otras figuras que se han opuesto al gobierno de Putin elogiaron la valentía de Navalny. La salud del líder de la oposición se había deteriorado recientemente y la causa de su muerte sigue siendo desconocida, pero muchos mandatarios y líderes a nivel mundial responsabilizaron en última instancia a las autoridades rusas por su deceso.
“Su muerte en una prisión rusa y la fijación y el miedo hacia un hombre sólo subrayan la debilidad y la podredumbre en el corazón del sistema que Putin ha construido. Rusia es responsable de esto”, dijo el secretario de Estado estadounidense Antony Blinken durante una conferencia en Alemania.
El canciller alemán Olaf Scholz subrayó que Navalny “probablemente ahora haya pagado con su vida ese coraje”.
El vocero del Kremlin, Dmitry Peskov dijo que Putin ha sido informado sobre la muerte de Navalny. La portavoz del líder de la oposición, Kira Yarmysh, dijo en X, la plataforma antes conocida como Twitter, que el equipo aún no tenía confirmación.
Poco después de conocerse la noticia de su muerte, el canal de la red social rusa SOTA mostró imágenes del político supuestamente en un tribunal ayer. Se ve a Navalny de pie, riendo e intercambiando bromas con el juez por enlace de video.
Navalny fue trasladado en diciembre desde una prisión en el centro de Rusia a una colonia penal con “régimen especial” —el nivel más alto de seguridad del sistema penitenciario— por encima del Círculo Polar Ártico.
Sus aliados calificaron su traslado al penal de Kharp, una localidad en la región de Yamalo-Nenets, a unos 1.900 kilómetros (1.200 millas) al noreste de Moscú, como otro intento de obligar a Navalny a guardar silencio.
Esta remota región es conocida por sus largos y duros inviernos. Kharp está a cerca de 100 kilómetros (60 millas) de Vorkuta, cuyas minas de carbón formaron parte del sistema de gulags, los centros penitenciarios de la época soviética.
Antes de su detención, hizo campaña contra la corrupción en los estamentos oficiales, organizó multitudinarias protestas contra el Kremlin y se presentó a elecciones a cargos públicos.
En la Rusia de Putin, los opositores políticos solían esfumarse en medio de disputas fraccionales o irse al exilio después del encarcelamiento, posibles envenenamientos u otras formas de represión. Pero Navalny se fortalecía y llegó a la cumbre de la oposición con firmeza de carácter, bravatas y un conocimiento profundo de cómo se podían utilizar las redes sociales para soslayar la asfixia a la que el Kremlin somete a los medios de prensa independientes.
Enfrentaba cada revés —fuese un ataque físico o el encarcelamiento— con intensa pasión y respondía al peligro con ingenio sardónico. Esto lo llevó a tomar la medida audaz y a la postre fatal de regresar de Alemania a Rusia, donde lo aguardaba el arresto seguro.
Recientemente, las autoridades penitenciarias habían encerrado repetidamente a Navalny en una celda pequeña para castigarlo por infracciones menores. El mes pasado, dijo en un comunicado difundido en las redes sociales que fue colocado en la celda tras ser acusado de no querer “presentarse con base en el protocolo”.
El traslado a la pequeña celda significa que a los prisioneros sólo se les permite caminar afuera en un estrecho patio de concreto a las 6.30 de la mañana.
“Pocas cosas son tan refrescantes como un paseo por Yamal a las 6.30 de la mañana”, escribió.
Quién era Navalny
Navalny nació en Butyn, a unos 40 kilómetros (25 millas) de Moscú. Se graduó de abogado de la Universidad de la Amistad Popular en 1998 y recibió una beca para la universidad estadounidense de Yale en 2010.
Atrajo la atención al concentrarse en la corrupción en la mezcla turbia de políticos y empresarios rusos; una de sus primeras medidas fue comprar acciones en las empresas de petróleo y gas para convertirse en accionista activista y hacer campaña por la transparencia.
Al concentrarse en la corrupción, las campañas de Navalny apuntaban directamente al bolsillo de los rusos y su sensación generalizada de estar siendo estafados, y tenían una resonancia mayor que las inquietudes más abstractas e intelectuales sobre los ideales democráticos y los derechos humanos.
En 2013 lo condenaron a cinco años de prisión por defraudación, en lo que calificó de persecución por motivos políticos, pero la fiscalía, sorpresivamente, reclamó su libertad durante la apelación y un tribunal superior le dio una sentencia en suspenso.
En la víspera de la sentencia, Navalny se había inscrito como candidato a alcalde de Moscú. La oposición consideró que su libertad era producto de grandes manifestaciones en la capital contra su condena, pero muchos observadores la atribuyeron al deseo de las autoridades de dar un aspecto de legitimidad a la elección.
Navalny fue segundo, un resultado impresionante contra el alcalde, que tenía el respaldo de la maquinaria política de Putin y gozaba de popularidad por sus mejoras a la infraestructura y la estética de la capital.
La popularidad de Navalny creció tras el asesinato a tiros del carismático Boris Nemtsov en 2015 en un puente cerca del Kremlin.
Cada vez que hablaba de Navalny, Putin jamás lo llamaba por su nombre; aludía a él como “esa persona” u otra frase similar, aparentemente para tratar de restarle importancia. Sobreviven a Navalny su esposa, una hija y un hijo.
EE.UU. dice que la muerte de Navalni es otra señal de la “brutalidad” de Putin
La vicepresidenta de EE.UU., Kamala Harris, afirmó que Rusia es “responsable” de la muerte del líder opositor ruso Navalny, que a su juicio es otra señal de la “brutalidad” del presidente Putin.
“Si se confirma, esto sería una señal más de la brutalidad de Putin. Cualquiera que sea la historia que cuenten, dejemos claro que Rusia es responsable”, señaló Harris al inicio de su intervención en la Conferencia de Seguridad de Múnich, en la que, recordó, está la esposa del opositor ruso, Yulia Navalnaya.
“Se trata de una terrible noticia que estamos trabajando para confirmar”, añadió la vicepresidenta sobre el fallecimiento del líder opositor ruso.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, también se refirió hoy al tema desde Múnich, antes de reunirse con su homólogo indio, Subrahmanyam Jaishankar.
“Durante más de una década, el gobierno ruso, Putin, ha perseguido, envenenado y encarcelado a Aleksey Navalny, y ahora se informa de su muerte”, afirmó el máximo representante de la diplomacia estadounidense.
Si estos informes son exactos, añadió, “su muerte en una prisión rusa y la fijación y el miedo de un hombre sólo subrayan la debilidad y la podredumbre en el corazón del sistema que Putin ha construido”.
“Rusia es responsable de esto. Hablaremos con muchos otros países preocupados por Alexéi Navalny, y especialmente si estos informes resultan ser ciertos”, apuntó.