Se intensifica la búsqueda del submarino desaparecido con numerosos equipos de rescate en una zona remota del océano Atlántico. Al ya de por sí preocupante escenario, se le suman las pocas horas de oxígeno que restan en el sumergible. Había cinco personas a bordo.
“Aviones canadienses P-3 detectaron ruidos bajo el agua en el área de búsqueda. Como resultado, se reubicaron las operaciones de un ROV (vehículo operado en remoto, siglas en inglés) en un intento por explorar el origen de los ruidos”, dijo en Twitter el primero distrito de la Guardia Costera de Estados Unidos.
Las búsquedas del ROV “han arrojado resultados negativos pero continúan”, añadió la división marítima militar.
El sumergible de fibra de carbono, llamado Titan, formaba parte de una misión de OceanGate Expeditions. En este iban un piloto, un reconocido aventurero británico, dos miembros de una importante familia de empresarios británico-paquistaníes y otro pasajero.
Según se informó, desapareció este domingo por la noche, a unos 700 kilómetros al sur de San Juan, en Terranova, Canadá.
El operativo se vuelve cada vez más preocupante debido a que el sumergible tenía oxígeno para 96 horas al momento de entrar al agua. De modo que, este martes, la reserva ya disminuyó a 70 horas.
“Es una zona remota y es un desafío llevar a cabo una búsqueda en ese lugar”, comentó el contralmirante John Mauger, comandante de la Guardia Costera de Estados Unidos. “Pero estamos poniendo a disposición todos nuestros activos para asegurarnos de que podamos encontrar la nave y rescatar a las personas a bordo”, agregó.
Cómo se organiza la búsqueda del submarino desaparecido
El rompehielos canadiense de investigación Polar Prince, que servía de barco de apoyo del Titan, habría perdido el contacto con la nave en torno a una hora y 45 minutos después de su inmersión.
El Polar Prince siguió haciendo búsquedas de superficie durante la noche y una aeronave de vigilancia Boeing P-8 Poseidón reanudó las operaciones de búsqueda por la mañana de este martes. También dos aeronaves Lockheed C-130 Hércules habían sobrevolado la zona.
Además, las autoridades están trabajando para llevar lo más pronto posible al lugar un vehículo operado por control remoto que puede alcanzar una profundidad de 6 kilómetros (unas 3,7 millas).
Quiénes viajaban y cuál era la misión
“Estamos profundamente agradecidos por la amplia asistencia que hemos recibido de varias agencias gubernamentales y empresas de aguas profundas en nuestros esfuerzos por restablecer el contacto con el sumergible”, destacó la compañía en un comunicado.
Además del piloto y de un pasajero del que no trascendió la identidad, viajaba el empresario británico Hamish Harding, residente en Dubái, Emiratos Árabes Unidos. Él sería uno de los especialistas de la misión.
También estaban a bordo dos ciudadanos paquistaníes, Shahzada Dawood y su hijo Suleman. Los Dawood pertenecen a una poderosa familia de Pakistán con inversiones en todo el país en agricultura, industria y el sector de salud.
Se trataba del tercer viaje anual de OceanGate para documentar el deterioro del emblemático trasatlántico, hundido 1912.
El primer grupo de turistas pagó en 2021 entre 100.000 y 150.000 dólares cada uno por realizar la expedición. El sitio web de OceanGate describía una “cuota de apoyo de misión” de 250.000 dólares por persona en la expedición de 2023.
Qué pudo haber pasado con el sumergible
Alistair Greig, profesor de ingeniería marina en el University College London, explicó que los sumergibles suelen tener un lastre que puede ser liberado en caso de emergencia: “Eso podría llevarlos a la superficie utilizando la flotabilidad”.
“Si hubo una falla de energía y/o comunicaciones, podría haber ocurrido esto y entonces estaría flotando en la superficie esperando a que lo encuentren”, indicó.
El peor escenario es que haya habido una fuga en el casco. “Si ha caído al lecho marino y no puede volver a subir por sus propios medios, las opciones son muy limitadas”, señaló. Y completó: “Aunque el sumergible aún podría estar intacto, si está más allá de la plataforma continental, hay muy pocas embarcaciones que puedan llegar tan al fondo y desde luego buzos no”.