El responsable de operaciones y mantenimiento de la delegación local del Instituto Misionero de Agua y Saneamiento, ingeniero Iván Escobar, indicó que el pozo ubicado en la calle Santa María en Iguazú, no es apto para el consumo humano. El lunes la municipalidad dejó de utilizarlo y el instituto desmanteló las instalaciones eléctricas.
Hace ocho años que el organismo responsable del suministro de agua en la ciudad dejó de utilizar esa perforación y últimamente se había cedido el manejo a la Municipalidad para que ellos repartan agua en camiones. Luego de eso, hace tres meses el ejecutivo local dio aviso que el agua estaba saliendo con olor a algún tipo de combustible.
Los técnicos del instituto se presentaron en el lugar y constatar se podía sentir el olor. Se hizo un muestreo en laboratorio que dio resultado negativo, y quedaron en continuar con los estudios, que no se pudieron culminar por la situación provocada por el coronavirus. El técnico recomendó a la población no utilizar el agua proveniente de ese pozo para consumo, advirtiendo sin embargo que el líquido sirve para limpiar y lavar ropa.