El expolicía federal Julio César Rodríguez fue condenado este viernes 22 de noviembre a la pena de 17 años y medio de prisión por el secuestro y aplicación de torturas a militantes comunistas durante la última dictadura cívico-militar.
Rodríguez es considerado uno de los más salvajes represores
que tuvo actuación en la provincia de Entre Ríos.
Participaba en operativos ilegales de secuestro de personas
y
saqueaba las viviendas de sus víctimas
, también era un
sádico torturador
, consigna
basándose en los testimonios de esta causa y de anteriores.
Sus víctimas lo reconocen como Moscardón Verde, aunque niega haber tenido ese apodo y asegura que lo llamaban Tijereta o Boquita. También lo recuerdan como quien ejecutaba la tortura física en la Policía Federal de Concepción del Uruguay, con sus puños o con la picana eléctrica.
Este viernes, Rodríguez sumó su segunda condena por delitos de lesa humanidad, cometidos en el marco del terrorismo de Estado, esta vez por la detención ilegal y aplicación de torturas a militantes comunistas.
Los jueces Jorge Sebastián Gallino, Mariela Emilce Rojas y Osvaldo Facciano le impusieron una pena de 17 años y medio de prisión, unificada con otra que había recibido en 2012, en el primer juicio por delitos de la dictadura en Concepción del Uruguay.
Los hechos ocurrieron el 12 de enero de 1978
Según relataron ante la justicia, Echeverría y Stur estaban con otro compañero y el hijo de uno de ellos cuando aparecieron cuatro personas, entre los que reconocieron al Moscardón Verde Rodríguez y a Pedro Rivarola, otro policía federal, que se los llevaron violentamente, les vendaron los ojos y los trasladaron hasta una casa operativa ubicada en cercanías del arroyo Colman, en el viejo camino hacia la ciudad de Colón.
En el lugar habrían estado atados con alambres alrededor del cuello, esa noche. Los golpearon con un palo y con manoplas de hierro y les aplicaron picana eléctrica en distintas partes del cuerpo. El interrogador, dicen, "tenía una voz suave y pausada", pero no pudieron reconocerlo. A quien sí reconocieron como uno de los torturadores es al gendarme Néstor Gómez del Junco –separado del proceso por problemas de salud– y uno de ellos también mencionó la presencia de alguien que podría ser un médico monitoreando las sesiones de tortura.
Luego de dos horas, el grupo de tareas volvió a trasladarlos hasta el puente de hierro, en la entrada del balneario Banco Pelay, donde los dejaron vendados, boca abajo y les recomendaron que no se levantaran hasta después de media hora.
El pedido de la fiscal Squivo había sido de 19 años de condena y la unificación con la anterior.
El tribunal decidió que se continúe con la modalidad de detención de Rodríguez
en tanto no varíe las condiciones que dieron lugar a su otorgamiento, y requerió al
Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Paraná
su legajo de la pena impuesta a Rodríguez en la causa Harguindeguy. Los fundamentos del fallo serán leídos el 29 de noviembre a las 12.30 horas.