La cena de Navidad está a la vuelta de la esquina y, como cada año, hay un protagonista que se lleva todas las miradas (y los aplausos): el sándwich de miga. Es el aliado perfecto: gusta a grandes y chicos, se come frío, rinde un montón y es el picoteo ideal mientras se espera el plato principal o el brindis de medianoche.
Sin embargo, surge la duda existencial de todo anfitrión: ¿cuántos hay que comprar para que nadie se quede con hambre pero tampoco sobren cinco docenas? Aunque no es una ciencia exacta, existen reglas simples para que la cuenta cierre perfecta.

Sándwiches de miga para la mesa navideña: el cálculo por persona
Como referencia general, en una cena navideña donde hay otras opciones, se calculan entre 2 y 3 sándwiches de miga por persona. Ahora bien, si querés ir a lo seguro —especialmente si son la entrada principal o la “vedette” de la picada— los especialistas en catering recomiendan estirarse a 4 o 5 unidades por invitado.
Para que el número sea lo más preciso posible, tenés que pasar el escáner por estos tres puntos clave:
- El resto del menú: Si después de los sándwiches viene un asado, un vitel toné cargado o mucha ensalada, el consumo baja. Si el menú es liviano (tipo “finger food”), los de miga van a volar.
- La cantidad de chicos: Los más chiquitos suelen ignorar los platos elaborados y prefieren ir directo al sándwich de jamón y queso. ¡Calculá que van a repetir!
- El horario de la cena: Si la reunión arranca temprano, el “picoteo” es más largo y, por ende, se come más cantidad.

Para no marearte con los números, podés usar esta base estándar y ajustar según tu grupo:
- Adultos: 4 sándwiches por persona.
- Chicos: 2 sándwiches por persona.
Tip de ahorro: A ese total, sumale un 10% o 15% extra por las dudas. Si sobran, no te preocupes: el sándwich de miga es el “desayuno de campeones” indiscutido para el 25 de diciembre al mediodía.
Ejemplo práctico para una mesa de 10 personas:
Si tenés 8 adultos y 2 chicos, el cálculo sería: (8x4) + (2x2) = 36 sándwiches. Es decir, 3 docenas exactas. Con el margen de seguridad, con 3 docenas y media estarías cubierto para que nadie se quede con las ganas.
Cómo hacer que rindan más (y no se sequen)
La variedad es el secreto para que la mesa se vea abundante y todos queden satisfechos. Los de jamón y queso son obligatorios, pero sumar rellenos más “contundentes” ayuda a saciar más rápido:
- Pollo o Atún: Son más saciantes por la proteína.
- Huevo y vegetales: Le dan frescura y volumen al sándwich.
- Opciones vegetarianas: Siempre es clave tener una opción sin carne para que todos puedan disfrutar por igual.

Para que lleguen a la mesa como recién hechos y no con las puntas “duras”, seguí estos pasos:
- Frío constante: Mantenerlos en la heladera hasta el último momento.
- Humedad: Cubrilos con un repasador apenas húmedo o papel film para que el pan no pierda su frescura.
- Transporte: Si te toca llevarlos a otra casa, usá bandejas firmes y, si el calor agobia, una conservadora con hielos químicos.
Con esta planificación, podés disfrutar de la noche sin el estrés de que falte comida.


















