Días atrás, Julieta Poggio inauguró Raiza, un vivero cafetería en Pilar que mezcla plantas, pastelería y bebidas de especialidad. Y sí: apenas se filtró la carta, las redes explotaron con debates sobre cuánto cuesta merendar en modo “cuento de hadas”.
La apertura fue este martes y la propia Julieta lo celebró en Instagram con entusiasmo de estreno grande: “Ayer fue la inauguración de @raizaviverocafe. Un lugar mágico, un cuentito de hadas en Pilar. Café y gastronomía de alto nivel y el mejor asesoramiento en plantas por mi familia”. El proyecto, según contó, nace de un proyecto familiar ligado al mundo de las plantas, y busca sumar una experiencia completa para ir a pasear, comer y llevarte algo verde para casa.
Raiza queda en Ramal Pilar, km 47.5, Av. 12 de Octubre, La Lonja. La estética va por el lado natural, con mucha vegetación y un clima relajado de vivero boutique. Por eso no sorprende que la cafetería apunte a un público de escapada de finde, aunque también ya hay curiosos que preguntan cómo llegar en transporte.

Qué se puede comer y tomar en Raiza, la cafetería de Julieta Poggio
La carta que circuló muestra precios que, para varios, están por debajo de lo que se paga en CABA hoy. En cafetería clásica, el espresso está a $3.200, el doble a $3.900 y el cortado a $3.600. Un latte sale $4.500 y el capuchino $4.700. Para quienes van por algo más goloso, aparecen bebidas “de autor” a $7.500 como el Raiza (café, leche condensada, crema, chocolate rallado y nuez) o el Julipo, con variantes tipo julipocchino.


También hay café frío (latte saborizado o cold brew a $5.800), frappuccino a $7.000 y jugos: exprimido de naranja $5.000, limonada $5.000 y pomelada $5.500. En pastelería, los cuadrados de brownie cuestan $7.500, el blondie $9.600, mini cheesecake $7.500 y alfajores entre $5.000 y $6.000 según el relleno. En panadería, la medialuna arranca en $1.600 y el croissant a $2.500. Para comer algo más contundente hay sandwiches entre $8.000 y $16.000.

Las reacciones fueron bien mixtas. “Medialunas baratas, exprimido de naranja bien el precio”, tiró un usuario. Otros festejaron que “están más baratos que en la cafetería en la que trabajo”, mientras que varios marcaron faltas de ortografía en el menú y no se la dejaron pasar. Incluso hubo quien lo vio caro “para ser Buenos Aires” y quien, al convertirlo a dólares, dijo que igual “es una locura”.






















