Una salida a comer terminó convertida en tema nacional. En las últimas horas, una publicación en redes mostró el ticket de una cena para cuatro personas en Anchoita, el reconocido restaurante porteño, y el monto final sorprendió a más de uno. La cifra generó impacto inmediato y reavivó la discusión sobre cuánto cuesta hoy darse un gusto gastronómico en la Argentina.
La imagen fue compartida por un usuario que resumió la experiencia con una frase lapidaria: “Cena para 2 por 450 mil pesos argentinos. País inviable”. Sin embargo, el propio ticket aclara que se trató de una mesa de cuatro personas, dato que no frenó la viralización ni la polémica.

Según el comprobante, la cuenta final llegó a $461.400. En la lista aparecen platos de alto nivel, cortes premium y bebidas seleccionadas. Entre los ítems figuran ojo de roastbeef, bife de chorizo charolais, chorizos especiales, papas fritas, ensaladas, vinos, café y hasta panettone con sambayón.

El promedio por comensal ronda los $115.000, una cifra que para muchos resulta inaccesible y para otros se explica por la calidad del lugar y la experiencia que propone. Como suele pasar, las redes se dividieron entre la indignación y la defensa del consumo gourmet.
Anchoita, prestigio, Michelin y el debate eterno
Anchoita no es un restaurante más. Ubicado en el circuito gastronómico top de Buenos Aires, cuenta con reconocimiento internacional y forma parte de la Guía Michelin, un dato que muchos usuarios sumaron para contextualizar el precio. No es bodegón, no es parrilla de barrio y no apunta al consumo masivo.

El menú del lugar se basa en productos de primera línea, técnicas cuidadas y una experiencia que combina cocina, servicio y ambiente. Eso, claro, se paga. En el ticket viral se observan platos que superan los $100.000, vinos de más de $30.000 y entradas que rondan los $30.000.

Algunos usuarios salieron a aclarar el contexto. “Es un post dedicado al bait claramente, es una cena para 4 personas como figura en el propio ticket”, escribieron en respuestas destacadas. Otros compararon la experiencia con restaurantes de alta gama en el exterior.

Del otro lado, no faltaron las críticas. Para muchos, el número resulta imposible de asimilar en un país atravesado por la inflación y la pérdida de poder adquisitivo. “Con eso como un mes”, “Eso no es comer, es ostentar”, fueron algunos de los comentarios que se repitieron.




















