Luego de dos años castigados por la pandemia de coronavirus, los bares en la Ciudad de Buenos Aires y la Argentina pudieron volver a abrir sus puertas y recibir olas de clientes entusiasmados por el regreso a la “normalidad” antes de los confinamientos. Ante esta situación, The New York Times centró su atención sobre los restaurantes y las mejores ofertas de los chefs.
El prestigioso medio estadounidese reconoció el fenómeno que se vive en las calles porteñas de clientes que hacen fila para poder ingresar a los establecimientos gastronómicos y distinguió 12 restaurantes gracias a la calidad de la comida ofrecida por sus dueños.
Los 11 bares porteños elegidos por The New York Times
El periódico aseguró que “los lugareños que nunca habrían hecho cola para cenar antes de la pandemia ahora están dispuestos a esperar para probar lo que está cocinando una nueva generación de chefs” en un artículo firmado por la periodista Nora Walsh.
Julia y Franca, de Julio Báez
Julia y Franca son restaurantes hermanos administrados por el chef Julio Báez y están ubicados en el barrio de Villa Crespo. “Hay una mentalidad de ‘No sé qué va a pasar mañana, así que voy a disfrutar la vida ahora’”, explicó el dueño sobre la catarata de clientes que recibe todas las noches.
Sus platos se diferencian por sus frutas y verduras obtenidas de pequeños productores de toda Argentina que fusiona con sabores globales para crear un desfile de platos originales.
Na Num, de Lis Ra
Situado en la Chacarita, Na Num está dirigido por Lis Ra y fusiona sabores argentinos con comida coreana por los orígenes de su dueña. ”Cuando era niña, mis padres siempre mezclaban comida coreana y argentina, por lo que esta combinación de sabores me resulta natural”, reveló.
Y aseguró que su secreto es “apilar sabores y texturas uno encima del otro”. También tiene opciones veganas y platos inspirados en el norte argentino.
Gran Dabbang de Mariano Ramón
Ubicado en Palermo, The New York Times describe a Gran Dabbang de Mariano Ramón como un “espacio informal”. “Mantuvimos el diseño simple para invertir nuestros recursos en los mejores ingredientes y capital humano”, contó el dueño.
La Carnicería, Niño Gordo, Paquito, Juan Pedro Caballero y Chori de Germán Sitz y Pedro Peña
Germán Sitz y Pedro Peña son socios desde el 2014 cuando abrieron su primer restaurante juntos, La Carnicería. Luego decidieron ir por más y en total ahora cuentan con 4 bares a su cargo y casi todos sobre la calle Thames de Palermo, por lo que la convirtieron en “un corredor gastronómico”, como destacó el medio internacional.
Mengano de Facundo Kelemen
Facundo Kelemen reiventó en 2018 el concepto de “bodegón” con la apertura de Mengano en Palermo. Cuenta con una cocina abierta que permite a los comensales ver la elaboración de las comidas y sirve platos tradicionales argentinos aptos para compartir.
Yugo Omakase Criollo de Pedro Bargero
Pedro Bargero administra Yugo Omakase Criollo, un aclamado restaurante de fusión criolla japonesa. “El concepto detrás del menú es la estacionalidad y todos los productos son argentinos”, indicó el joven emprendedor y chef.
Y aclaró: “Nuestro restaurante es costoso para los lugareños, pero no es el tipo de comida que la mayoría de la gente come en casa, por lo que sienten que vale la pena derrochar”.
Oli Café, de Olivia Saal
Oli Café es una cafetería luminosa del barrio de Colegiales abierta para el desayuno, el brunch y el almuerzo. Adminitrada por Olivia Saal el menú incluye tanto platos dulces recién horneados como salados en partes iguales.
El salón tiene cocina abierta ya que su dueña siempre soño con “tener un restaurante donde los comensales pudieran ver quién los estaba alimentando, y donde el equipo culinario pudiera ver a los invitados entrar y salir felices”, indicó al periódico.