El 94,3% de los recursos totales de la provincia de Formosa llegan desde la Nación, lo que la coloca en el podio del ranking nacional de distritos dependientes del Gobierno nacional. El porcentaje incluye las transferencias por coparticipación y las discrecionales.
En el primer semestre de 2020, Formosa tuvo ingresos totales por $ 60.988,6 millones, de los cuales solamente $ 3.424,2 millones fueron propios, según el último registro disponible.
En el mismo período, provincias vecinas con más habitantes, tuvieron ingresos totales por poco más de $ 37.000 millones, como Corrientes y Misiones, pero con recaudación propia más alta, según un trabajo del Ieral de la Fundación Mediterránea.
Los datos cobran relevancia en un contexto en el que la provincia se encuentra en el ojo de la tormenta, a raíz de la solicitada que Juntos por el Cambio y otros actores sociales hicieron este sábado, en la que advierten sobre su degradación democrática, a raíz de las denuncias realizadas por la violación de los derechos humanos en medio de la pandemia.
Asimismo, Amnistía Internacional le solicitó al Secretario de Derechos Humanos de la Nación, Horacio Pietragalla, quien estuvo en Formosa el miércoles pasado, que se ocupe de investigar las denuncias realizadas como consecuencia de las políticas sanitarias aplicadas por el gobierno de Gildo Insfrán para prevenir el Covid-19, con centros de aislamiento con condiciones precarias.
“Formosa es una provincia donde la economía depende del Gobierno”, le explicó a Clarín Gerardo Alonso, responsable del Ieral en el NEA. Las cifras sobre la ocupación de las personas parecen darle la razón.
Según una elaboración con datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Indec, el empleo de los formoseños se distribuye de la siguiente manera: 10% empleo público, 8% empleo privado registrado, 10% empleo privado no registrado, 1% empleador, 5% cuenta propia y 66% inactivo (que incluye un 10% de desocupación abierta).
Esto convierte a la provincia en “la jurisdicción con mayor porcentaje de personas en edad de trabajar inactivas”, dijo Alonso. Y quizás esta característica, que señala una economía poco integrada e improductiva, sea una de las claves de la hegemonía política de Gildo Insfrán.
Formosa recibió 164.052 IFE’s, lo que significa, proporcionalmente a la población, más beneficios de los que recibieron otras provincias como Tucumán, Salta, Chaco, Corrientes, Misiones, Jujuy, La Rioja y varias más.
En términos productivos, se trata de una provincia con un sector industrial casi inexistente, donde los escasos 25.000 empleados privados registrados se distribuyen en actividades agrícolas (soja, maíz y ganadería), construcción y servicios. “Hay obra pública que paga el Gobierno y los bancos y los comercios trabajan con los sueldos y planes sociales que paga el Ejecutivo provincial”, afirmó Alonso.
Otro número significativo: Formosa recibió 7.660 beneficios ATP, el 30,3% de los asalariados del sector privado. Mucho menos que otras provincias. Y respecto de los créditos a tasa 0%, otro beneficio de la Nación por la pandemia, la provincia obtuvo 1.868 por un total de 213 millones de pesos, el 0,5% del total otorgado. Un tercer dato: las exportaciones de la provincia, basadas en el sector primario, no llegan a los 100 millones de dólares, según cifras preliminares.
En la práctica, estos números significan, por ejemplo, disponer de $ 100 mil por persona y por año para usar sin rendir cuentas, mientras que otras provincias vecinas, como Misiones y Corrientes dispusieron de unos $ 62 mil por persona y por año, según el Ieral.
Sin embargo, según datos del Indec, el “Gran Formosa” es el octavo aglomerado urbano con mayor pobreza (42,4%) y con muy bajos índices de escolaridad, alta repitencia y deficientes indicadores en salud y vivienda.
Todas las cifras y los datos citados surgen de los Documentos de Trabajo del Ieral y estudios del Ministerio de Economía como “Formosa: informe Sintético de Caracterización Socio-Productiva”.