Antonio Silva y Paula Garrido, padres de Dana Sofía Belén, relataron el terrible momento que vivieron con su hija: "El miércoles pasado a mi beba le iban a dar el alta luego de cumplir ya unos diez días de internación en la Clínica Jorge Vrsalovic, por un cuadro de bronquitis", dijo el padre de la menor. "Y en eso, una doctora de apellido Cosquín, me indicó que le iban hacer una transfusión sanguínea para que tuviera mejores defensas; así que aceptamos".
Una vez hecho esto, le acercaron los equipos pero en una sala común, y sin darles mayores explicaciones comenzaron con el proceso cerca de las 16.30, en el transcurso, fueron observando que la niña presentaba dificultad para respirar y algo de fiebre. Por lo que consultaron con el médico y las enfermeras, que sin tocar a la niña y solo mirándola, iban y les decían que estaba bien. Para las 22, hora en que había terminado la transfusión, el hombre observó que la niña seguía presentando un cuadro febril importante y además tenía dificultades para respirar.
Recurrieron a las enfermeras y al doctor, José Luis Núñez, quienes se mostraron impacientes y poco profesionales al tratarlos. "Acá el médico soy yo", le habría dicho Núñez a la señora Garrido, la madre de la beba.
El señor Silva nuevamente con su hija en brazos que volaba de fiebre, llamó a la enfermera y la increpó diciéndole que se fijara su temperatura. La enfermera al hacerlo corroboró que la niña volaba de fiebre, así que le aplicó una dosis de dipirona para bajar la temperatura y les pidió a ambos que le colocaran paños fríos para mantenerla estable a la niña. Pero sin revisarla y en una sala común. "La transfusión de hecho, se hizo en una sala común y controlada por nosotros, no la siguieron ellos", agregó Silva.
Por su parte, ellos se encargaron de averiguar qué podría haber pasado y consultando con una enfermera de otra institución, quien al ser consultada en un primer momento, les habría señalado que eran síntomas de que la beba estaba rechazando la sangre. "Me dijo que tenía que cortar la transfusión lo antes posible. Nosotros comentamos esto con el médico y los enfermeros, que en vez de cortar, aceleraron el proceso para bajarle más sangre a mi beba", indicó el hombre.
La beba presentaba luego manchas de color morado en todo su cuerpito, además de la dificultad para respirar y la fiebre que no bajaba. "Enfrenté al doctor y le dije que hiciera algo porque mi beba no estaba así cuando nos la íbamos a llevar a mi casa. Llamó entonces a la doctora Cosquín y se encerraron en una sala con mi beba y a nosotros nos sacaron de ahí.
Para las 3 de la mañana, mi beba había fallecido por un paro cardiorespiratorio pero recién para las 6 de la mañana nos dijeron, antes no se animaron porque lo que hicieron fue terrible: abandono de persona, negligencia y encima maltrato", señaló Silva.