Al apoyar una taza caliente o un vaso con mucho frío, el calor o la condensación atraviesan el barniz de los muebles y quedan atrapados justo debajo de la capa superficial. Por eso, es que suelen aparecer manchas blancas o grises que arruinan la superficie de una mesa.
Ese “empañado” interno suele verse feo, aunque la madera por dentro muchas veces no esté dañada. Si lo dejás pasar, igual puede terminar afectando el acabado a largo plazo.

Este truco lo compartieron Flo de la Carrera y Karla H., especialista en restauración (@bodegachicureo). Funciona sobre las marcas de humedad comunes y no requiere lijar ni usar solventes potentes.
Cómo sacar las manchas de la madera, paso a paso
Flo de la Carrera, referente en hogares y deco en redes, probó varias técnicas, desde plancha hasta vaselina, antes de dar con la que mejor le rindió. Karla H., restauradora de muebles, recomendó la técnica que libera la humedad sin dañar el barniz; fue Flo quien la llevó a la práctica y la compartió en Instagram.

Seguí estos pasos con cuidado:
- Primero, reuní lo que vas a necesitar: alcohol etílico (70° o más), un trozo de algodón, un cuenco pequeño y un poco de cinta adhesiva.
- Después, poné el algodón en el fondo del cuenco y asegurate de que quede firme.
- Verté alcohol hasta empapar el algodón sin que rebalse.
- Pegá el algodón al fondo con cinta para que no se mueva y, con cuidado, apoyá el cuenco boca abajo sobre la mancha, dejando la abertura centrada. No lo muevas ni presiones; dejalo actuar.
- Dejá reposar entre 15 y 30 minutos: el alcohol evapora la humedad atrapada y la libera hacia afuera.
- Levantá el cuenco con cuidado y comprobá la superficie. Si queda algún rastro, repetí el proceso una vez más.
Tomá estas precauciones:
- Probá primero en una zona poco visible; usá alcohol en ambientes ventilados y evitá que entre en contacto con barnices muy sensibles (si el mueble es muy antiguo, consultá con un restaurador).
- Una vez lista la superficie, recuperá el brillo con una cera o aceite para madera apropiado y mantené la pieza lejos de fuentes de calor directo o cambios bruscos de temperatura.

No subestimes la paciencia: muchas veces con un par de rondas el mueble queda como nuevo. Probá el truco y contanos el resultado: seguro salvás esa mesa que tanto querés.