Para quitar las trabas burocráticas y darle celeridad a los procesos de importación, el gobierno de Javier Milei eliminó el Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA) que creó Sergio Massa y le puso fin a las licencias automáticas y no automáticas que históricamente limitaron las operaciones.
“Estamos normalizando el proceso de importaciones que se encontraba absolutamente trabado, generando mayor presión inflacionaria y desabastecimiento”, celebró el ministro de Economía Luis “Toto” Caputo.
El titular de la cartera económica destacó así la Resolución General Conjunta 5466/202, de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) y la Secretaría de Comercio, que estableció la derogación del SIRA y del SIRASE, mecanismo para los pagos al exterior. En reemplazo, se puso en marcha, desde este miércoles, el Sistema Estadístico de Importaciones (SEDI).
Además, a través de la Resolución 1/2023 de la Secretaría de Comercio, se eliminó la normativa que exigía tramitar, según el caso, permisos o licencias automáticas o no automáticas para poder realizar una importación.
Caputo destacó que, en simultáneo, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) lanzó el martes la primera edición del bono (denominado Bopreal) para cubrir las deudas de los importadores.
“La burocracia estatal ya no tendrá el poder de decidir quién importa un bien y quién no. Esta medida tiene un impacto directo en las pymes, que van a tener previsibilidad en sus operaciones, ahorrando tiempo y costos, porque contarán con certeza a la hora de importar. A partir de hoy se podrá importar sin cupos ni prohibiciones de productos”, remarcó el funcionario.
En línea se pronunció el vocero presidencial Manuel Adorni en su tradicional conferencia de prensa diaria. Resaltó que, con la eliminación del SIRA, “se termina con esto de que un burócrata o un funcionario de turno pueda decidir qué queremos importar y qué no”.
“No se entiende cómo un burócrata o un funcionario o un político puede tomar una mejor decisión que efectivamente el que se dedica a importar”, planteó Adorni.
En los argumentos que plasmó en la resolución oficial, la administración de Milei señaló que el SIRA que lanzó Massa, poco después de asumir en Economía, y el Sirase “afectaron el desempeño y previsibilidad de las empresas nacionales, generando serias dificultades en el comercio de bienes y servicios en el país, como así también una importante deuda comercial con proveedores del exterior, a la vez que grandes distorsiones en el mercado”.
En el equipo económico del gobierno de Milei precisaron que estas medidas también apuntan a “desarmar posibles nichos de corrupción”.
Cómo funciona el SEDI
El nuevo SEDI no elimina la necesidad de pagar aranceles a las importaciones, pero simplifica el proceso de declaración y de aprobación.
Las declaraciones serán con un único fin estadístico: según señala la disposición, buscarán ayudar a generar la matriz de riesgo aduanero y realizar un “análisis eficiente” de las importaciones, para eventualmente adoptar medidas, por ejemplo, de defensa comercial, sin que esto implique “demoras en los sistemas productivos”.
La declaración -donde se anticipará la información vinculada con las destinaciones de importación- se hará en un apartado que estará disponible en la web de AFIP (afip.gob.ar). Una vez completada, se realizarán dos controles, previo a que pase del estado “oficializada” a “salida”.
Primero, la AFIP analizará la situación tributaria del importador y su capacidad económica financiera para efectuar la operación mediante su Sistema de Capacidad Económica Financiera (CEF).
En caso de que haya alguna inconsistencia, el importador recibirá un mensaje y deberá registrar una nueva declaración SEDI.
Luego, intervendrán los análisis técnicos vinculados con la seguridad y salubridad de la mercadería de organismos como Senasa y Anmat y que forman parte del Régimen Nacional de Ventanilla única del Comercio Exterior Argentino (Vucea).
Estos tendrán un periodo de hasta 30 días corridos para el pronunciarse, desde el registro de la SEDI. De no pronunciarse, la declaración pasará automáticamente de “oficializada” a “salida” y tendrá, desde ese momento, una validez de 360 días.
Una modificación con el nuevo sistema es que, al momento de registrar la declaración, el importador no deberá notificar la aprobación del trámite ante la Dirección Nacional de Reglamentos Técnicos de la Secretaría de Comercio, pues se considera que el cumplimiento de normas técnicas no es condición necesaria para importar sino para su uso y comercialización.
En cuanto al acceso a los dólares para pagar las importaciones, la Comunicación A 7917 del Banco Central de hace dos semanas, fijó un sistema escalonado de acceso según el tipo de bien o servicios: inmediato para hidrocarburos y derivados, y energía eléctrica, 30 días para productos farmacéuticos o insumos de ese sector, fertilizantes y productos fitosanitarios, y 180 días para autos.
Para el resto de los bienes, los pagos pueden realizarse en cuatro cuotas (cada una del 25%) iguales y consecutivas desde los 30, 60, 90, y 120 días corridos.
Además del SEDI, AFIP y Comercio crearon un registro para los importadores que cuentan con deuda con proveedores del exterior, la cual, en la actualidad, asciende a unos U$S 31.000 millones, según indicaron fuentes gubernamentales.
El denominado “Padrón de Deuda Comercial por Importaciones con Proveedores del Exterior”, permitirá contar con información actualizada y transparente de la deuda comercial privada vigente y “atender dicha problemática”.
Todas las personas que hayan imputado y que tengan deuda comercial como proveedores deberán inscribirse en dicho registro en el micrositio SEDI de la AFIP y tendrán hasta el próximo 10 de enero para hacerlo.
Adorni señaló que con este plazo se buscará “transparentar que la deuda efectivamente registrada sea la correcta”.
También podrán inscribirse en el registro quienes pudieron cancelar la deuda comercial con proveedores del exterior mediante otros mecanismos que no implicaron el giro de divisas, dejando asentado que ya cumplieron con el pago.