Los productores agropecuarios buscan repetir los niveles de siembra de maíz para este año a pesar de la sequía

De acuerdo a un informe, desde el sector agropecuario buscarán repetir los mismos niveles del 2022 en la región núcleo.

Los productores agropecuarios buscan repetir los niveles de siembra de maíz para este año a pesar de la sequía
La siembra de maíz no cae y trata de sobreponerse a los efectos de la sequía.

Una de las grandes preguntas en pleno inicio de la campaña fina es qué cultivos se van a sembrar para buscar tener una recuperación en el mercado del sector agropecuario después del fuerte golpe que significó la sequía. En ese sentido, las lluvias de fines de mayo ayudar a enderezar un rumbo que parecía muy caótico después de las altas temperaturas que rompieron los suelos en el verano.

De este golpe, los productores tienen que levantarse para empezar con la siembra de trigo y maíz, dos cultivos que requieren una alta inversión y que actualmente era un foco de pregunta para quienes iban a comenzar con la campaña, tras los bajos ingresos que dejó la soja.

La soja tuvo uno de las peores cosechas en los últimos 20 años y tuvo un fuerte impacto sobre la economía.
La soja tuvo uno de las peores cosechas en los últimos 20 años y tuvo un fuerte impacto sobre la economía.

El cultivo de verano dejó la peor cosecha en 20 años. Estimaciones hablaban de que hubo un 56% menos de soja que lo que se esperaba a principio de la campaña, que ya de por sí era bajo.

Sin embargo, un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario sostiene que “hay una señal clara de que, a pesar de todos los problemas, el productor va a tratar de repetir el mismo nivel de siembra que el año pasado”.

En ese sentido, sostiene que “la superficie aumentaría dónde no se haya hecho trigo, la tendencia es a compensar con superficie de maíz para mantener similar proporción de gramíneas que hace un año. Pero donde proyectan una baja, las justificaciones recaen en la alta inversión inicial que requiere el cultivo y la limitada liquidez con que cuentan muchos productores, tras la sequía”.

Las lluvias de fines de mayo entusiasmaron a la franja este de la región núcleo que, a medida que avanzó con la siembra, sumó nuevos lotes a la intención de siembra triguera. La superficie sembrada para esta campaña se estima en 1,1 M ha y se achica el recorte respecto a la campaña anterior”, señala el informe.

Sin embargo, el foco está puesto en la zona del oeste de la región clave donde las lluvias no abundaron y los suelos aun se mantienen lejos de los niveles de humedad necesarios para comenzar con la campaña.

Asimismo, estas semanas sin lluvias se permitió el avance de las sembradoras y ya se lleva sembrado el 65% del trigo intencionado de la región. Incluso, con este guarismo ya se igualó al progreso de siembra del año pasado para esta misma fecha.

Aunque advierten que “hay áreas en donde comienza a faltar el agua en la cama de siembra y podría verse comprometida la continuidad de la misma”.

Qué pasa con las lluvias en junio, un mes clave para la siembra

La primera quincena de junio culmina con ausencia casi total de precipitaciones sobre la zona núcleo, después de lo que fue el fuerte efecto que dejó el fin de mayo. En ese momento, a pesar de las fuertes lluvias, la siembra tuvo que atrasarse debido al impacto de la acumulación de agua en algunos terrenos que estaban muy secos.

En ese sentido, especialistas sostienen que “lo primero a destacar es que la circulación atmosférica todavía no se está acoplando con el aumento de la temperatura superficial del mar y por lo tanto no responde a las condiciones Niño de manera suficiente para aumentar el aporte de humedad desde el oeste hacia la cuenca del Plata”.

Temor en el campo por la ausencia de lluvias durante el invierno.
Temor en el campo por la ausencia de lluvias durante el invierno.

Además, señalan que “el Atlántico presenta una importante anomalía positiva de su temperatura superficial pero el anticiclón semipermanente (o de Santa Elena) se encuentra posicionado muy al este, provocando una diferencia de presión que aleja de las costas argentinas cualquier aporte de aire más cálido y húmedo”.

Esto explica la temporada de ola polar que viene atravesando al país en diferentes provincias donde se han registrado temperaturas bajo cero. “Esto disminuye fuertemente las temperaturas y además se contrapone al ingreso de humedad, que pudiera capitalizarse en lluvia”, señalaron.

Lo más probable es que la región pampeana deba atravesar el invierno con una provisión de agua ajustada a los valores normales históricos”, concluye el informe.