En medio de una rueda cambiante y condicionada por un clima internacional adverso, el dólar retomó la senda alcista y recortó la brecha entre el blue y las opciones financieras, acotando parcialmente “el rulo” que permitía ganancias de entre 4 y 5% con un simple “pase de manos”.
Al promediar la rueda de este jueves el dólar paralelo insinuó otra baja al llegar a $ 1.360, pero en la segunda parte la situación se modificó y terminó en $ 1.350 para la compra y $ 1.380 para la venta, con un alza de $ 10 respecto al miércoles.
Al momento de que el blue tocaba su piso intradiario los financieros también cambiaban la tendencia y se ubicaban en la zona $ 1.300, reduciendo al mínimo el negocio de comprar dólares MEP (sumando las comisiones correspondientes) para luego venderlos en la plaza marginal (sobre la punta compradora). Esa operación supo redituar buenos márgenes de ganancias durante los últimos días, cuando el spread llegó a ser superior a los $ 100 por unidad.
Al final del día, el MEP alcanzó una cotización de 1.305 y el Contado con Liquidación se ubicó en $ 1.307. De esta forma la rentabilidad de esta básica operación se redujo a 1,5/2%.
Operadores especulaban con una “pausa” por parte del Banco Central en su política de intervención en los dólares financieros que provocaron la reversión de la tendencia.
En otro orden, la autoridad monetaria pudo quebrar seis jornadas consecutivas de ventas y hoy logró hacerse de US$ 145 millones.
En paralelo se le giró al Fondo Monetario Internacional (FMI) un vencimiento de US$ 789 millones en concepto de intereses que no podían ser postergados. De esta forma, las reservas brutas quedaron en US$ 27.065 millones.
En el mercado accionario golpeó el clima internacional adverso arrastrado por una suba en la tasa de interés de Japón. Los ADRs de los papeles argentinos que cotizan en Wall Streen mostraron fuertes caída de hasta 9,8% en el caso de Tenaris.
Justamente el desplome de este papel se dio en paralelo a un informe que realizó ante accionistas de la empresa su propietario, Paolo Rocca, en el que admitió haber sido “demasiado optimista” con los resultados que podía entregar el gobierno de Javier Milei en materia económica.
A su vez, los bonos también sufrieron bajas superiores al 3%, lo que empujó el Riesgo País a 1.546 puntos.
En la plaza local el Merval se movió con impronta propia subiendo algo más de 1%.
Los esfuerzos que en las últimas horas habían hecho el presidente Javier Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, para intentar instalar un cambio de clima tambalearon en una jornada en la que la situación global jugó un papel preponderante.
La reacción de los mercados
En otro orden, el complejo sojero informó este jueves que la liquidación de cereales en julio fue de US$ 2.616 millones.
Esto implica un alza de 35,8% en forma interanual y un 32,3% frente a junio, según precisó la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC).
La suba respecto a julio se explica por una deprimida base de comparación a consecuencia de la sequía, en tanto el incremento frente al mes previo refuta la supuesta retención de granos por parte del sector agrícola.
De esta manera, en los primeros siete meses del año se registró un alza de 5,2% frente al mismo período de 2023.
“Julio ha sido el mejor mes del año en ingreso de divisas de la agroexportación”, afirmaron desde las entidades.
En su análisis, consideraron que “el ingreso de divisas de julio es el resultado del régimen de dólar exportador vigente desde diciembre de 2023, de los precios internacionales, del impacto del clima y plagas sobre el ritmo de cosecha de maíz y soja y de la relación de costos de insumos y granos”.
Al mismo tiempo reiteraron que “la exportación de granos sigue trabajando con altos niveles de capacidad ociosa, así como la industria aceitera, padeciendo márgenes negativos permanentes”.
Este nivel de liquidación le permitió al Gobierno atenuar la pérdida de reservas, que en el total del mes fue superior a los US$ 2.600 millones.
Durante el período se produjo una sostenida caída del precio de la soja que de alguna forma incentivó a los productores a vender el grano.
Por otro lado, las últimas medidas del Gobierno alejaron la posibilidad de una devaluación, con la cual coqueteaba algún sector del campo.