Sergio Massa tiene una oportunidad única para su carrera política, con aspiraciones a ser candidato del Frente de Todos para 2023, el nuevo superministro de Economía designado este jueves deberá afrontar una crisis de poder como económica con resultados rápido y foco en las variables económicas.
Los desafíos de Massa parten de uno de los problemas endémicos que tiene la Argentina en este siglo: la inflación. La escalada de precios en los últimos meses fue una de las aristas que más golpearon a Alberto Fernández y que ni Martín Guzmán ni Silvina Batakis lograron frenar.
Otro de los puntos que tiene Massa a favor es que los mercados lo ven como un hombre que puede generar confianza para las inversiones como para frenar la sangría de divisas de las reservas. En el Gobierno apuntan a que la relación con el Fondo Monetario Internacional puede ser una de las claves para mejorar la situación.
Las variables que deberá enfrentar Sergio Massa de forma urgente
A la espera de que se anuncie en conferencia de prensa al líder del Frente Renovador, lo cierto es que el plan de Sergio Massa pasará más que nada por generar la confianza en los mercados para calmar la caída de los bonos y, además, atraer otras inversiones extranjeras.
De hecho, lo segundo es algo que comenzó a verse sin la confirmación pero que sí tuvo un fuerte impacto en los bonos donde comenzó una racha alcista y el dólar blue comenzó a ver una pequeña baja. Además, el riesgo país volvió a ver un descenso en sus números.
Si obtiene la confianza esperada y logra calmar el mercado y frenar la corrida, Massa ya tiene asegurado que no deberá usar las reservas para evitar una abrupta devaluación y, por el contrario, apuesta a poder sumar divisas a las arcas del BCRA.
La inflación, el principal objetivo de Sergio Massa en sus primeras semanas de gestión
El encarecimiento de precios es uno de los problemas que el Gobierno no le encontró solución. En ese marco, Massa llega como el hombre con una visión diferente en el Gabinete y tendrá todo el equipo económico bajo su ala para gestionar.
El cuestionamiento se basó en que, mientras las cuentas provinciales se mantienen equilibradas, el descalabro en el ámbito nacional genera malestar y echa leña al fuego a la conflictividad social. La inflación juega ahí un papel fundamental.
Pese a la reapertura de negociaciones paritarias, los salarios siguen de atrás a la inflación y la falta de productos en góndola y la ausencia de referencia de precios aumentan la incertidumbre. Los mandatarios provinciales advierten que todo forma parte de un combo explosivo que, sin decisión política, no se podrá desactivar.
La relación con el campo y con el kirchnerismo
Otro de los puntos más urgentes para que el Gobierno calme un frente económico importante y pueda comenzar a acumular reservas es el conflicto con el campo. En medio de la creación del dólar “argo”, la llegada de Massa puede reabrir el diálogo y mejorar las condiciones para la liquidación de las silobolsas.
En el sector recuerdan su salida del gabinete de Cristina Kirchner tras la crisis por la resolución 125 para la implementación de retenciones móviles. 14 años después, el punto de desacuerdo con el sector agropecuario es el mismo.