La Secretaría de Recursos Hídricos de Córdoba decidió gestionar el volumen de agua en los embalses cordobeses para evitar inundaciones en la temporada de verano.
Casi todos los diques (con la excepción de La Viña, en el valle de Traslasierra) están muy cerca del nivel máximo, a dos o tres metros del labio del vertedero.
“Los diques San Roque y La Quebrada son los que más aumentaron su nivel con las últimas lluvias, creciendo alrededor de un metro cada uno. El resto de los embalses aumentaron menos en proporción”, le dijo este martes al diario Día a Día Edgar Castelló, secretario de Recursos Hídricos de la Provincia.
En relación al año pasado para esta misma época, los diques están en nivel casi similar, algo por debajo de sus registros máximos.
Debido a los pronósticos de nuevas e intensas precipitaciones para lo que resta de este 2016 y los primeros días de enero de 2017, buscan que cada embalse tenga el “resto” suficiente para contener el mayor caudal de agua previsto.
El dique que genera mayor preocupación es La Quebrada, en el corazón de las Sierras Chicas. Precisamente por ello, ayer se procedió a la apertura de sus válvulas para liberar algo de caudal, y bajar su nivel de agua.
Ese embalse no está en condiciones de contener niveles de precipitaciones extraordinarias, como las de febrero de 2015, cuando todos los ríos y arroyos de las Sierras Chicas se desbordaron por completo, provocando serias inundaciones en toda la región, con un luctuoso saldo de nueve personas fallecidas.