Hace un año, un texto titulado "Morite de amor, cagón", escrito por Maru Leone, hizo replantearse muchas cosas de esta vida a todos quienes se tomaron dos minutos para leerlo. Hoy, la misma escritora comparte a través de sus redes otro escrito que no para de compartirse. Se llama "Enfrentar", y cada párrafo invita a la reflexión. Miles ya lo leyeron y compartieron. Leelo acá.
"Y sí, de escapar mucho no conozco. Me enfrenté a la más cruda miseria, la humana, porque para callar no hay tiempo ni odio suficiente. No hay odio suficiente que pueda siquiera retener por un segundo el amor que uno guarda y junta y gasta y vuelve a generar en su vida.
Amo tan fuerte como la montaña, puedo, si quiero... derrumbar estructuras que ninguna bomba ni ninguna bala podrían acostar en el suelo. Me enojo como el viento, y sangro y lloro. Me tocó de todo un poco, un mejunje de sensaciones y vivencias. He llorado a tal punto de sentir que mis ojos iban desapareciendo, me he reído hasta estallar en dolores de mandíbula y cabeza. He rozado a la muerte, amagué a besarla, o ella me amagó a mí... nunca la busqué por cuenta propia eso sí.
Me han dolido más las palabras que las trompadas, pero no las dichas, sino las que nunca se dijeron... las que hibernan en la capital de los miedos. He sentido a mi corazón cagarme a palos en el pecho, cuando un par de ojos me correspondía la mirada... y con tan sólo eso, he muerto y he revivido... todo al mismo tiempo.
He olvidado cosas que no debería y recuerdo otras tantas que tampoco debería. A mí no me preocupa la muerte, ni lo que sigue, ni lo que quede... a mí me preocupa la vida y lo que no se vive porque no se quiere lo suficiente. Me preocupa que se me pase lo que no vuelve y tengo una lista imaginaria con recordatorios -guardaespaldas de sueños- que no me dejan asaltar la memoria y que me recuerdan todo lo que quiero y aún no he hecho y todo lo que hice y logré después de muchos sacrificios difíciles y lentos.
Tengo un mapa en mi cabeza sin líneas, en blanco, colmado de humanos en lucha por aprender a quererse. Me he sentido sola, muy sola, rodeada de multitudes... sin poder evitar que se salten las lágrimas; y me he visto parada, desorientada, despistada, derrumbada y enterrada entre ellos. También me he sentido repleta, con tan solo un alma y un abrazo... corriendo a la soledad en risas y por qué no también en llantos.
He visto mucho y no he visto un carajo, siempre quiero más, no me canso. Escuché a mi propio corazón crujir y romper de amor y de tristeza, y me tocó también escuchar al de alguien más romperse ante mí, declarándome culpable. Me he tirado a piletas, lagos, ríos y mares sin agua... consciente de que me iba a estallar la cabeza; pero nunca me quedé con las dudas. A las dudas hay que eliminarlas.
Me he odiado y me he amado con todas mis fuerzas, suelo ser un peligro para mí. Estoy echando raíces a la tierra y raíces al cielo y raíces a la montaña y raíces y raíces al mundo... si florezco quizás sea cuando ya no respire, por ahora soy solo frutas verdes, pero yo no me como el verso... yo me paro y lo intento y lo enfrento.
Maru Leone".