La vida de los jugadores de la Liga Cordobesa es dura. Desde el vamos, para la gran mayoría de jugadores y jugadoras de la competencia local, deben tener otras actividades para poder subsistir. El caso de Fernando Tissera no es la excepción.
Quienes tienen una cotidianeidad con él, fuera de su familia, lo ve que está firme en su negocio El Trébol, ubicado en pleno corazón de barrio Gûemes, donde también vive. Allí hace pizzas, lomos, empanadas y hamburguesas pero su verdadera pasión es cuando se calza la número 2 y la cinta de capitán de Bella Vista.
Allí, en el Pocito, está su lugar en el mundo. Debutó el primera en 2013 y, tres años mas tarde, se convirtió en el referente indiscutido en el club que quiere volver a Primera División. Como a todo el mundo del fútbol, la pandemia le ha pegado duro. "Creo que esto que pasa cambió la vida de casi todas las personas. Gracias a Dios yo siempre pude trabajar y mantenerme estable durante estos meses. El primer mes fue muy duro para mi negocio pero se salió adelante", fueron las primeras palabras de Tissera en diálogo con Vía Córdoba.
Su rutina, a pesar de la cuarentena, trata de no alterarse mucho. El mismo capitán albiverde lo cuenta: "La rutina es la misma de siempre trabajar y entrenar. Ahora dejé de entrenar porque no me dan los tiempos con el trabajo, además yo juego al fútbol y me gusta entrenar en grupo, individualmente no me pudo motivar".
A pesar de las ganas, para Tissera, llevar la tarea diaria de un jugador de primera en la Liga es muy difícil. "Se hace muy difícil, lo hacemos por diversión y por amor a la camiseta, tenemos un trabajo aparte y por ahí entrenar solo en tu casa no te motiva tanto como entrenar en una cancha con tus compañeros. Hay muchos compañeros que sí están entrenando, esperemos que se pueda entrenar pronto y volver a jugar", deseó el defensor.
Cuando se le pidió una auto descripción, el zaguero tiró: "Muchos me dicen que no puedo ser defensor porque no me gusta pegar, jaja. Soy un jugador que lee muy bien las jugadas y por eso juego de libero en mi equipo. Me gusta mucho jugar con la pelota en los pies, soy un convencido que no hay que darle pase atrás al arquero. Me gusta que el que juegue de 5 se muestre siempre para poder salir con pelota dominada. Mis compañeros siempre hacen el trabajo sucio y yo salgo de punta en blanco, jaja. Pero me bancan siempre"
A sus 24 años, y aunque parezca difícil, los sueños de Fernando Tissera están intactos. El sacrificio del trabajo y el entrenamiento se hace duro pero siempre vale la pena. "Ser jugador de la Liga es muy lindo. Lo que más me gusta es tratar de dejar enseñanza en los pibes de inferiores. Algunos chicos me escriben y me piden consejos y trato de darle ánimos para que lleguen a primera, si entrenan bien cada día y se esfuerzan al máximo siempre hay recompensa. Muchas veces con un trofeo, otras veces no hay trofeos, sino premios mejores. El cariño de la gente del barrio y poder andar tranquilo por las calles del barrio sabiendo que dejo todo en la cancha son satisfacciones que no necesitan trofeo".
Y, como capitán, cerró con un mensaje a los más chicos en estos tiempos de parate obligatorio por la pandemia por coronavirus: "Que luchen por sus sueños, que siempre se cumplen. Que no bajen los brazos, que pronto vuelve los más lindo del mundo que es el fútbol".
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