Por Marcelo Chaijale
Fue una tarde-noche cargada de emociones. Ni siquiera el abultado resultado en contra pudo opacarla.
El 17 de agosto del año pasado, Argentina perdió con el poderoso equipo de Estados Unidos, por 105 a 78, en los cuartos de final de los Juegos Olímpicos de Río, poniendo el punto a las extensas y exitosas carreras de Emanuel David Ginóbili y de Andrés Marcelo Nocioni en la Selección.
Mientras que Chapu también terminó su carrera profesional al concluir la temporada con el Real Madrid, Manu nos regalará un año más de su juego en los San Antonio Spurs de la NBA.
El jueves se cumple un año de la despedida de dos de los más grandes jugadores que tuvo el básquet en el país.
Tanto, que la Confederación Argentina (CABB) anunció la inédita medida de retirar las camisetas número 5, del bahiense, y la 13, del santafesino, en homenaje.
Seguramente cuando el inoxidable capitán Luis Scola deje la Selección, también sacarán la “4”.
Ginóbili, nacido el 28 de julio de 1977, se despidió de la camiseta de Argentina con 14 puntos, 3 rebotes y 7 asistencias en 26 minutos.
En su último partido con el seleccionado nacional, Chapu aportó 12 tantos y 5 rebotes en 31 minutos ante los NBA estadounidenses, encabezados por Kevin Durant.
Manu debutó en la Selección mayor en el Mundial de Grecia de 1998, con Julio Lamas como entrenador. Ya se había despedido de la Liga Nacional, jugando en Estudiantes de su Bahía Blanca natal.
Nocioni, que nació el 30 de noviembre de 1979 y que jugó en todas las categorías menores del seleccionado, llegó a la mayor un año después, en el Sudamericano que en 1999 se desarrolló en Bahía, también con el DT Lamas.
Había sido la figura de Independiente de Pico que jugó (y perdió) la final de la esa temporada de la Liga Nacional con Atenas.
DEJARON MUCHO MÁS QUE MEDALLAS Y CAMPEONATOS
Dejaron la piel cada vez que vistieron la camiseta nacional. Manu Ginóbili y Chapu Nocioni pasaron 17 años en la Selección mayor (el santafesino defendió a Argentina en todas las divisiones formativas) y dejaron mucho más que medallas y campeonatos.
Sin dudas que para el básquet nacional el oro conquistado por la Generación Dorada en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 fue tocar el cielo con las manos.
Además, con Manu y Chapu, y un grupo formidable, Argentina ganó respeto y admiración del mundo del básquet en todo el planeta.
Pero este grupo, cada vez con menos de los integrantes originales, dejó mucho más que gloria y reconocimiento.
La herencia más grande e importante de la Generación Dorada es su legado. Mientras se profundiza el recambio generacional, cada nuevo integrante reconoce los valores que hicieron grande al básquet argentino.
LA ÚLTIMA VEZ EN CÓRDOBA
Antes de ir a los Juegos Olímpicos de Río, un año atrás, la Selección nacional pasó por la ciudad disputando un torneo inolvidable en el Orfeo.
Y más inolvidable fue la práctica abierta a los chicos del básquet cordobés en un Cerutti que estuvo colmado como en sus mejores épocas.
Fue la última vez de Manu Ginóbili y de Chapu Nocioni vestidos de jugadores.
Manu Ginóbili debutó en el Mundial de Grecia 1998 en la selección. Jugó 104 partidos con 1588 puntos.
Chapu Nocioni jugó 121 encuentros en el seleccionado mayor y anotó 1364 tantos desde su debut en el sudamericano de 1999 en Bahía Blanca.
20 años se cumplen de lo que se considera el inicio de la Generación Dorada. en el Mundial Sub 23 jugado en Australia