En Córdoba, El Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), abarca a 651.560 personas. Como se supone que el beneficio es por hogar, eso significa que más de la mitad de las familias cordobesas recibirá esta asistencia. Con el dato del último censo del 2010, la misma constituiría el 63 por ciento de los hogares. Pero, proyectando el ritmo de evolución de la cantidad de hogares que se registró entre 2001 y 2010, la ayuda impactaría realmente en el 54 por ciento.
El Estado nacional entrega una ayuda de emergencia de 10.000 pesos a estos hogares. En marzo, el relevamiento que todos los meses realiza La Voz arrojó un valor de 20.276 pesos para una canasta con productos de almacén, limpieza, tocador, frutas y verduras, lácteos, carnes y embutidos. Peor es nada.
En estos días, hileras de jubilados y de beneficiarios de ayudas sociales van a cobrar en los bancos esta ayuda por parte del Gobierno Nacional, cuando deberían poder quedarse en sus casas. También es preocupante la cantidad de personas que se forman para buscar las cajas de alimentos destinadas a familias cuyos hijos están bajo el Programa de Asistencia Integral (Paicor), en escuelas públicas.
La razón de esto no es otra que la mala situación económica de millones de hogares, por lo que estos ingresos por parte del Estado, en cualquiera de sus niveles y formas, son el único sustento seguro para estas familias. Más aún ahora, con el parate de casi toda la actividad económica.
Las cifras de quienes acceden al IFE son un indicador elocuente. Según la Administración Nacional de la Seguridad Social del Anses, hubo más de 11 millones de trámites iniciados, aunque finalmente cobrarán, por lo menos en esta período, casi 7,9 millones de personas. Ya lo hicieron, por su parte, 2,4 millones por estar bajo la asignación universal por hijo o bajo la asignación universal por embarazo.