¿Nuevo dolar soja?

El Gobierno sondeó en las últimas horas entre los exportadores la posibilidad de implementar un nuevo dólar soja, esta vez con un tipo de cambio que se ubicaría arriba de $350 e incluiría, además, al girasol y el maíz.

¿Nuevo dolar soja?
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La definición sobre la aplicación del mecanismo, que según distintos cálculos podría reportar divisas por unos US$4000 millones, quedaría condicionada al resultado de las negociaciones con el FMI. El último dólar soja, que tuvo su tercera versión y concluyó en mayo pasado, le permitió al Gobierno el ingreso de divisas por más de US$5100 millones.

Según pudo reconstruir este medio de diversas fuentes, hubo contactos reservados de alto nivel de autoridades con diversos operadores para consultarlos sobre la viabilidad de esta herramienta en el actual contexto. “Hay conversaciones”, dijo un empresario de la actividad. “Están con consultas”, señaló otro ejecutivo, que agregó que “no hay consenso” sobre otro tipo de cambio especial y opinó: “Por ahora no va”. Otros exportadores transmitieron su rechazo a la medida e insistieron en la necesidad de que se unifique el tipo de cambio. En la Secretaría de Agricultura una fuente se excusó de la información con que no tenía nada para decir.

En este marco, actores comerciales que se enteraron de estas tratativas hicieron correr la versión en el mercado, que terminó acusando un impacto. Al respecto, en el MatbaRofex la soja hoy cerró con precios en baja. Las posiciones julio y noviembre perdieron US$10 y 3 por tonelada, al concluir la rueda con ajustes de 352 y de 360 dólares por tonelada.

El maíz no quedó al margen de la caída: el contrato julio retrocedió US$6,50 y cerró con un ajuste de 175 dólares por tonelada, mientras que la posición septiembre finalizó la rueda sin cambios, en 181,50 dólares.

Los contactos reservados que trascendieron del Gobierno con los exportadores, y la chance que además del maíz se incluya al girasol, detonaron una tarde cargada de rumores e incluso de firmas del sector que mandaron mensajes como el siguiente a sus clientes: “Aviso importante. Les informamos que hay fuertes versiones de un nuevo dólar agro para soja, maíz y girasol, a partir del lunes por 30 días. El valor rondaría los $350 aproximadamente. Los mantendremos informados cuando se publique la resolución oficial correspondiente. Dada esta circunstancia todos los compradores se encuentran retirados del mercado”.

Este no fue el único mensaje, también circuló el siguiente mientras operaba el mercado: “Vuelven fuerte los rumores de que el lunes se anunciaría una nueva versión de dólar agro que podría incluir además de la soja al maíz y al girasol. Como consecuencia la oleaginosa pierde US$10 para la posición disponible y sólo US$1 a cosecha y el maíz opera -US$6,5 y a la par respectivamente”.

¿Qué podría hacer que el Gobierno termine de anunciar un nuevo dólar agro más allá de los contactos que activó con las empresas del sector? Según revelaron a este medio, ese factor es la suerte sobre cómo concluyan las negociaciones con el FMI, hoy en un terreno de idas y vueltas. “Es todo en base a lo que pase con el FMI”, se sinceró alguien que conoce el trasfondo de esta cuestión.

Recientemente, en el Gobierno descartaron la posibilidad de hacer un dólar maíz, con lo cual es toda una novedad que se lo vuelva a poner en la agenda. En ese momento se lo desechó por el temor a un impacto en los precios de las producciones que utilizan ese cereal para transformarlo en carnes y leches.

Como informó este medio, la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC) difundió recientemente, en base a un trabajo del analista Pablo Adreani, que en el campo quedan por vender granos por unos US$9230 millones. En términos de mercadería se trata de 12,15 millones de toneladas en soja, 12 millones de toneladas en maíz, 700.000 toneladas de girasol y 400.000 toneladas de sorgo.

Más allá de la resistencia de sectores de la exportación a otro dólar soja, si el tipo de cambio resulta competitivo podría ser un incentivo para que los productores vendan la oleaginosa y esta, a su vez, sirva para la molienda en las fábricas que, por la sequía, tienen poco para procesar