Un comentario generalizado fue el que se escuchó estos días previos a Navidad: “La calle es una locura”, y las imágenes lo demuestran. Sumado a cortes de tránsitos, manifestaciones, bocinazos cuando el tránsito no avanza y el apuro de la gente por comprar los regalos para las Fiestas, todo se transformó en un caos.
“Ya desde la semana pasada esto es un loquero. Un lío de autos, gente, motos, colectivos”, sostuvieron varios de los comerciantes de Once y de Flores. Y esto se agrava con la llegada de Papá Noel y en muchos casos las vacaciones de verano.
Según informó la Secretaría de Transporte de la ciudad, el flujo de autos es casi igual al que había antes de la pandemia. Por las autopistas porteñas, circularon el día martes 70.000 vehículos, o sea un 10% más que el martes anterior y representa el 87% del tránsito habitual que había antes de iniciarse el aislamiento social.
Esta semana se notó mucho el aumento de personas circulando, lo que implica que es mayor la cantidad de gente que se amontona en la puerta de los diferentes locales. Claro, la razón de tanta acumulación de gente es que todos buscan ofertas y estos dos puntos de la ciudad tienen muchas. Lo mismo pasó el fin de semana y, si bien la gran mayoría usa barbijo, es peligroso”.
Muchos locales respetan los protocolos y mantienen el aislamiento con una mesa colocada en las puertas para evitar el ingreso, atendiendo desde la línea de las vidrieras. Pero inevitablemente, junto a los negocios estaban los manteros, que convierten la vereda en un estrecho el corredor para los peatones.
Desde la Agencia Gubernamental de Control de la ciudad, señalaron al diario “La Nación” que hay operativos para que la gente mantenga la distancia en las zonas de gran circulación.
En la estación Constitución el panorama es similar. En la entrada y la salida de la terminal, los agentes de la Policía Federal aún pedían el permiso para circular. En la ciudad, según fuentes del Ministerio de Justicia y Seguridad porteño, se controla que los pasajeros sean esenciales a través de la SUBE, pero ya no habrá agentes controlando dentro del transporte.