Lo que sucedió con Diego Arévalo no tiene razón de ser, más allá de que aún no se conozca el motivo certero de su muerte, ya que falleció en la clínica Belgrano de Quilmes cuando había ingresado para una simple operación de tobillo.
Tras conocerse la lamentable noticia de su deceso, familiares, allegados y compañeros de trabajo de Arévalo realizaron un escrache frente al centro médico donde se internó el hombre de 33 años.
Según relató a Crónica Matías, su primo, "la cirugía era ambulatoria. No duraría más de 15 minutos porque debían acomodarle los tornillos que le colocaron en la primera operación. Por eso él dejó esperando un remIs en la puerta".
No obstante, cuando los cirujanos estaban por finalizar con la intervención, Diego sufrió una descompensación que desencadenó en un paro cardiorrespiratorio fulminante.
"La clínica no tenía un desfibrilador para reanimarlo y entonces los médicos lo hicieron con sus manos. Pero tardaron más y mi primo quedó en estado vegetativo porque el oxígeno no le llegó a su cerebro", explicó el familiar de la víctima.
En cuanto al actuar del personal de la clínica, el primo de Arévalo explicó: "Nadie nos dijo nada. Nunca salió un directivo, sólo un médico de guardia se excusó en que mi primo fue un caso en mil. Eso no nos deja tranquilos. Hemos consultado con otros médicos y nos informaron que se excedieron con la anestesia".