Opinión: No pongas tu vida en manos de ningún payaso

THE CASERO EXPERIMENDO.

Opinión: No pongas tu vida en manos de ningún payaso
Alfredo Casero

Por Alfredo Casero

Es cierto que el miércoles este quería hacer mi programa de radio, pero una serie de complicaciones médicas, que vengo teniendo hace noventa días, me tiene algo parado.

Uno puede ver las complicaciones médicas y verse nada más que el ombligo, o puede salir a hacerse el samaritano y preocuparse por todos los problemas de toda la gente, cosa que no recomiendo, porque el tiempo perdido es tiempo perdido, no todo el mundo sabe agradecer, y la mayoría de la gente piensa que cuando le das algo es porque a vos te sobra.

Lindo chiste para entrar en un quirófano, una mina con un aliento de un par de muelas podridas te grita “mi amor”, y te acaricia la cabeza como si le importaras, hasta que, entre dimes y diretes, se manda la siguiente frase, a mi ver, archipelotuda: “¿O vos querés que cobremos entrada y de paso nos hagamos unos mangos?”, esto, sumado a otras palabras, que lo que dejaban dicho era algo así como: Mirá que esto lo querría ver mucha gente.

Yo, de muy mal humor, avisándole ya a mis médicos de antemano que nunca más me voy a hacer otra operación, ni intervención quirúrgica, ni nada (llevo entre doce y catorce en mi haber), le contesté de la manera que en el fondo ella esperaba que le contestara, no paraba de berrear, gritar, como si yo fuera sordo, como si estuviera en estado de vida latente. “Entonces, bueno, decime qué te calma”, y le contesté: “El silencio me calma, la gente que no habla al pedo me calma, el que no me quiere hacer ver diferente me calma”.

Yo creo que ser anestesista es algo sumamente fino, sutil. Poca gente he encontrado con estas capacidades; o están los que te tratan como si fueras un amigo...: “Bueno che, vamos a hacer esto”, u otras señoras que te tratan como un bebé.

Yo creo que es una altísima responsabilidad, porque si se te llega a piantar un poco más de porpofol quedás como Michael, o mejor, como el médico de Michael.

Desde ya que cuando empezás con una mala relación con el anestesista, inconscientemente, estás a la defensiva, te dormís a la defensiva, sentís a la defensiva, porque encima esta mina tenía un timbre de voz y gritaba de una manera exagerada, inclusive para un cura sordo.

Desconfíe siempre de la gente que te dice: “Mi vida”, mi amor” en una sala de operaciones. No soy ni tu vida ni tu amor y mucho menos me grites en la frente.

Es cierto que quería empezar un programa de radio, que se va a llamar The Casero Experimendo, realmente sería una estupidez que yo no explicara lo que está pasándome en todo este tiempo de espera de meses, de médicos que hablan del miércoles que viene cuando recién estás a día lunes, y que no es este miércoles, es el otro miércoles.

No todos los virus, las bacterias y los bichos que tenemos en el cuerpo se matan fácilmente, y según los médicos a lo mejor pueden venir adentro de una lata de pomada Wassington que abriste, o no saben...

Me sacan sangre todos los días dos veces por día, hace cuarenta días que no como nada sólido, y todo esto donde uno pone el corazón, el riñón, la tripa gorda, la molleja, el chinchulín, a veces me hace sentir morir, por eso sería una estupidez no decírselo a aquellos que hicieron los experimendos, que entre paréntesis en el mes de noviembre empezaré el primero, para hacer una larga serie de treinta y tres. A mucha gente le interesaría hablar conmigo, y lo sé porque lo leo en experimendosanluis.blogspot.com.ar. Es en el único lugar en donde no se habla de política, porque la política es una de las bajas artes en donde uno ve desgastarse diariamente a la gente, para tener las joyas guardadas en cajas de seguridades, grandes sumas de dinero que le han robado al pueblo, y ni hablar de todos los polos generadores de pobres, el Vaticano, los partidos de izquierda, que son despedidos profesionales, ¿o vos viste laburar a uno de izquierda alguna vez?.

La importancia que tiene para el sistema de salud un enfermero, muchas veces mucho más presente que cualquier médico, y la única persona que te toca, aunque sea con guantes. Le avisé a mi médico que ya nunca más entraré a un quirófano.

Si tengo que andar con una bolsita colgando toda mi vida hasta que me la coma el sol, viviré, ni un día más, ni un día menos. La clínica Los Arcos es muy buena, digamos que tiene capacidad humana, importante. A mí ya no me importan las instituciones, y les agradezco. Pero creo que hasta aquí llegó mi amor. “¿O vos querés que cobremos entrada y de paso nos hagamos unos mangos?”, significa que tenés que tener cuidado.

Pesaba ciento cuarenta kilos, y con la alegría de muchos que esperan verme muerto, lo hacen saber en twitter, por ejemplo, a la gente le encanta que la gente desaparezca. Debía operarme, porque aumentaba un kilo por año.

Me duele que en ningún lugar dejen de cobrarme ser yo. Los espero en el Experimendo a partir del mes de noviembre. Cuídense de los pelotudos porque están en todos lados.

Los quiere

Casero

experimendosanluis.blogspot.com

twitter: @alfredocasero1