Internos de la cárcel de Villa Floresta en Bahía Blanca elaboran de lunes a viernes, 500 panes de manera solidaria para que Cáritas los distribuya entre los necesitados. Esta actividad se lleva adelante desde el mes de agosto y de la misma participan cinco hombres y una mujer, quienes recibieron capacitación en el Centro de Formación Profesional (CFP) N° 401.
Hasta ahora, 3000 familias fueron beneficiadas con el alimento. Por día se utilizan para la producción casi 32 kilos de harina refinada que entrega la Iglesia Católica y que está certificada por el Municipio. Los internos elaboran el pan hallulla, que al tener mayor contenido graso permanece fresco por más tiempo. Este producto es pan blanco, popular en Bolivia, Ecuador y Perú.
Estas tareas se realizan en el marco del programa del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires, “Más Trabajo, Menos Reincidencia”, la primera entrega se realizó el 26 de agosto último.
Desde el área de Economía Solidaria de Cáritas Arquidiócesis Bahía Blanca explicaron que la elaboración de pan se organizó en un contexto de proyectos coordinados. “Primero, los internos hicieron cerca de 60 frazadas, y luego, surgió la idea de elaborar pan para los centros que acompañamos”, dijeron.
Pablo Amarilla es el agente penitenciario y maestro panadero que capacitó a los 6 participantes de esta actividad que se desarrolla entre las 8 y las 14, horario en el que se cocinan los 500 panes.
Andrés Contreras, director del Centro de Formación Profesional 401, afirmó que los trabajos comunitarios son muy bien recibidos entre la población carcelaria que nota el impacto inmediato que tiene en las personas que reciben la producción que ellos realizan. " Se da una cuestión de autoestima y dignidad que es increíble, donde hasta el más duro afloja”, afirmó.
El director de la Unidad 4, Sergio Recofsky, llamó a “redoblar esfuerzos para continuar colaborando con las instituciones locales de bien público”.