Tras la salida de Argentina del Grupo de Lima —conformado para analizar y repudiar el mandato de Nicolás Maduro en Venezuela, y liderado por Colombia y Brasil— Estados Unidos insistió con la idea de que el país chavista requiere “elecciones libres y justas” y señaló que espera “fortalecer la coordinación con los socios internacionales”.
“Estados Unidos cree que debe haber una solución negociada para la crisis precipitada por Maduro. Debe haber elecciones presidenciales y parlamentarias libres y justas en Venezuela. Esperamos fortalecer la coordinación con los socios internacionales que están comprometidos con un futuro pacífico y democrático en Venezuela”, dijo a Clarín un portavoz de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado.
La decisión de Argentina se comunicó el miércoles, alegando diferencias con la región sobre cómo tratar el tema de la crisis venezolana, y “en un contexto en el que la pandemia ha hecho estragos en la región, las sanciones y bloqueos impuestos a Venezuela y a sus autoridades”.
Estados Unidos, si bien no pertenece al Grupo de Lima, tiene fuerte injerencia en el mismo. Hasta ahora, su política para con Venezuela ha sido un intento de asfixiar al régimen de Maduro con castigos al entorno del presidente y sanciones económicas, algo que comenzó con Donald Trump, y continúa bajo la presidencia de Joe Biden, quien también reconoce a Juan Guaidó como presidente interino en Venezuela.
Mientras, Argentina fue uno de los miembros fundadores del Grupo, durante la presidencia de Mauricio Macri, pero desde que comenzó el mandato de Alberto Fernández la participación cesó, para terminar finalmente el miércoles.
“No creo que a los estadounidenses les sorprenda la decisión”, dijo a Clarín una fuente con conocimiento del tema en Washington, “porque de hecho Argentina no participa de las reuniones, contradijo públicamente las declaraciones del grupo y se sumó al Grupo de Contacto internacional donde están los europeos”.
Por su parte Francisco Monaldi, experto en Venezuela de la Rice University, expuso una visión contraria. “Aunque tienen otras prioridades a nivel global, la situación de Venezuela es quizás el principal dolor de cabeza de la política exterior estadounidense en Sudamérica. La administración Biden verá con malos ojos cualquier obstáculo a una negociación en Venezuela y la decisión de Argentina de retirarse del Grupo de Lima será percibida como negativa en ese sentido, dificultando la relación entre los dos países en otras áreas”, sostuvo.
Noam Lupu, profesor de Ciencia Política de la Universidad de Venderbilt, dijo a Clarín que “claramente la salida de Argentina implica una diferencia entre la postura hacia Venezuela del gobierno de Fernández y la de EE.UU. Biden ha reconocido a Guaidó como el presidente legítimo de Venezuela y rechaza negociar con Maduro o revisar las sanciones que EE.UU. sigue imponiendo”.
Y continuó: “Esto sí que puede generar un problema para las relaciones entre Argentina y EE.UU., aunque creo que a Biden le preocupa mucho más lo que está pasando políticamente en Centroamérica —por los efectos que tiene sobre la inmigración— que lo que pasa con el gobierno de Venezuela. Además, esto también podría ser un punto de negociación para Argentina, si Fernández está dispuesto a volver al Grupo de Lima a cambio de alguna concesión de EE.UU.”.
La salida de Argentina del Grupo de Lima
En el comunicado, la Cancillería asegura que “Argentina formalizó su retiro del denominado Grupo de Lima, al considerar que las acciones que ha venido impulsando el Grupo en el plano internacional, buscando aislar al Gobierno de Venezuela y a sus representantes, no han conducido a nada”.
La cartera dirigida por Felipe Solá puntualizó que “la participación de un sector de la oposición venezolana como un integrante más del Grupo de Lima ha llevado a que se adoptaran posiciones que nuestro Gobierno no ha podido ni puede acompañar”.
Para el gobierno argentino, “la mejor manera de ayudar a los venezolanos es facilitando que haya un diálogo inclusivo que no favorezca a ningún sector en particular, pero si a lograr elecciones aceptadas por la mayoría con control internacional”.
La Argentina sostiene además que, en “un contexto en el que la pandemia ha hecho estragos en la región, las sanciones y bloqueos impuestos a Venezuela y a sus autoridades, así como los intentos de desestabilización ocurridos en 2020, no han hecho más que agravar la situación de su población y, en particular, la de sus sectores más vulnerables”.
Las sanciones, según entiende la Cancillería, “han afectado el goce de los derechos humanos de la población venezolana, de acuerdo a lo que se constata en el informe de la Relatora Especial sobre las repercusiones negativas de las medidas coercitivas unilaterales en el disfrute de los derechos humanos”.
El Grupo de Lima
El Grupo de Lima se estableció tras la denominada Declaración de Lima del 8 de agosto de 2017 en el que representantes de 14 países americanos suscribieron el primero de varios documentos criticando la situación política y de derechos humanos en Venezuela.
Tras el abandono de Argentina, el Grupo de Lima queda ahora conformado por otros 13 países del continente: Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú, Guyana y Santa Lucía.
Con información de ANSA.