Silvina Batakis (50) iba a ser la ministra de Economía de la Nación si Daniel Scioli se imponía ante Mauricio Macri en 2015. Hoy, tomando distancia de aquel momento, analiza la situación presente y futura de la Argentina y opina por qué el elegido por Cambiemos es equivocado.
En una entrevista exclusiva con VíaPaís, la economista –que administró las cuentas bonaerenses entre 2011 y 2015- advierte que las Letras de Liquidez (Leliq) del Banco Central no bajan la inflación sino que sólo la reprimen, por lo que hay "enormes riesgos" que podrían estallarle al próximo Gobierno.
Explica cómo, según su biblioteca, se podría frenar la suba de precios y lanza advertencias para las provincias, que podrían verse obligadas a tener que reestructurar sus deudas si los ingresos fiscales siguen cayendo en términos reales por el achique de la actividad económica.
Ya se conocen los resultados de la política económica de Cambiemos en los últimos tres años. ¿Qué se puede esperar para lo que resta del año?
Albert Einstein decía: “Locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes”. Hay muchas experiencias en el mundo que siguieron este rumbo y terminaron mal. En los años 90 Brasil aplicó un sistema de bandas cambiarias que iba ajustando la paridad del real con el dólar estadounidense, muy similar lo que está haciendo la Argentina. Llegó un punto en el que la tasa de interés destruyó empresas, eliminó millones de puestos de trabajo y se desplomó el consumo, por lo que la economía se hundió.
Pero el Gobierno asegura que la recesión es pasajera, que se sale en el segundo trimestre...
Hoy en las pantallas de los televisores muestran a cuánto está el tipo de cambio como si ese precio fuera a dar una señal de la estabilidad macroeconómica. Y la realidad es que con una tasa del 57,9% anual como la actual es imposible hablar de estabilidad. El tipo de cambio está presionado a la baja o tranzando esta ficticia estabilidad por esa tasa de interés que es artificial y destruye la economía.
Las Leliq pagan casi 60% anual. ¿Qué va a pasar cuando esas Letras sean eliminadas en el futuro?
Las Leliq no bajan la inflación, sólo la reprimen y es un problema que estallará en el futuro. Está demostrado que esta estrategia no da resultados positivos. La tasa de referencia intrabanco, encima, no es la que recibe una pyme o un consumidor cuando pide un crédito. El refinanciamiento de la tarjeta de crédito hoy está entre 110% y 120%. Eso destruye el consumo.
Pero justamente el Gobierno considera que si enfría el consumo baja la inflación… Hay pequeñas y medianas empresas que están sacando créditos para poder pagar la luz o el gas, porque si les cortan el servicio se funden en 24 horas. Osea, la tasa de interés no sólo reprime la inflación sino que destruye la economía real. Lo que va a dejar este gobierno es básicamente una matriz económica más chica. El resultado inmediato sea quizás que esto termine estallando. Uno puede prever qué va a suceder, pero no cuándo va a suceder.
¿Si la economía se sigue achicando se deberá renegociar la deuda con el FMI?
Sí, y en el FMI lo tienen claro. Si continúa Cambiemos o viene un gobierno peronista, eso ocurrirá porque claramente la Argentina no estará en condiciones de pagar. Y también van a tener que reestructurar sus deudas algunas provincias con Buenos Aires a la cabeza.
El FMI dijo que no le va a soltar la mano al país más allá de los cambios políticos… La realidad es que el Fondo Monetario apostó políticamente muy fuerte para que la Argentina no explote y garantice el pago de los intereses a los acreedores privados de los más de 100.000 millones de dólares de deuda que tomó Cambiemos en los últimos tres años.
¿Cree que el Fondo apuesta a la continuidad de Macri?
No por nada el FMI decidió en el segundo contrato de crédito que se firmó en Washington anticipar los mayores desembolsos para antes de las elecciones. Está claro que quiere mantener la estabilidad, por más ficticia que sea.
¿Y si se renegocia con el Fondo, qué podría ocurrir con los acreedores privados?
La economía argentina no está generando los dólares genuinos para pagar la deuda. Incluso por eso se fue al Fondo. Se podría ir a un default si el próximo gobierno no encara una exitosa renegociación con los acreedores.
Buenos Aires es uno de los grandes motores de la Argentina. ¿Cómo es su situación financiera actual?
Está tan complicada como la Nación. La gobernadora María Eugenia Vidal cuadruplicó la deuda provincial en pesos. Al finalizar su gestión habrá tomado el equivalente a $262.000 millones de pesos de deuda para gastos corrientes y, en muy menor medida, para algunas obras. Pero además de que aumentó mucho la deuda en términos el Producto Bruto provincial, modificó la estructura de los pasivos. Antes el 58% estaba en moneda extranjera y ya lo llevó al 75% y podría subirlo más en lo que resta del año. Emitió muy fuerte en dólares y euros.
Hoy tenemos la inflación en el 49,3% y el Banco Central volvió a convalidar una suba de tasas de casi 60%. ¿Cómo se sale de este círculo?
Con un plan productivo que aumente la oferta. De una crisis de recursos se sale por arriba, generando más riqueza. Hay que pensar en un sector agropecuario que incorpore cada vez más conocimiento, y para eso es clave desarrollar la ciencia y la tecnología. Hoy estamos importando maquinaria agrícola y microbiología bovina, es insólito.
Y obviamente hay que desarrollar un plan industrial con tecnología incorporada para el mayor agregado de valor en origen. Hay que impedir que las exigencias del exterior se conviertan en medidas paraarancelarias que restrinjan las exportaciones.
Un plan productivo puede llevar tiempo y la inflación quema…
La Inflación es un problema de múltiples causas. Obviamente existe una exteriorización monetaria: hay un problema fiscal y se termina monetizando. Esto último, no obstante, no es la causa profunda. La razón central es que hay un déficit y puja por el tipo de cambio en materia distributiva. Ese déficit tiene dos componentes: los ingresos y los egresos. Cambiemos decidió reducir absolutamente el gasto con una ausencia del Estado absoluta. Cuando se agranda el espacio productivo se reducen las tensiones distributivas a través del tipo de cambio y se expande el espacio fiscal. Pero en la actualidad no es un problema el nivel de las erogaciones, sino que el drama está en el nivel de los ingresos que cayeron estrepitosamente. En el país los ingresos fiscales vienen cayendo a un ritmo del 6% en términos reales y en Buenos Aires la recaudación de 2018 creció 21 puntos menos que la inflación.
¿Y cómo se debe administrar el comercio exterior?
Estados Unidos protege sus puestos de trabajo con medidas arancelarias y paraarancelarias. Nosotros no lo estamos haciendo. Nos abrimos completamente al mundo sin antes estar en condiciones de poder competir. Se nos inundaron las góndolas de productos importados mientras nuestras exportaciones cayeron 4,7% en enero. Hay chauchas de Bélgica en los supermercados y a nuestros productores protestando en la Plaza de Mayo. Por eso se perdieron 200.000 puestos de trabajo el año pasado.