Quienes tienen más presente que el 6 de enero es el día en el que se festeja la llegada de los Reyes Magos son los niños. Los regalos son la excusa para que esta festividad, menos celebrada por los adultos que Navidad, Pascuas y otras fechas del calendario católico, sea la favorita de muchos niños. Pero, ¿qué se festeja?
Según el Evangelio de Mateo, los "magos", venidos de Oriente, viajaron para conocer al recién nacido Jesús y se presentaron en Jerusalén siguiendo una estrella. Al llegar preguntaron: "¿Dónde está el Rey de los judíos que acaba de nacer?". Advertido Herodes sobre la aparición de este nuevo Rey, consulta a los sacerdotes, quienes le comunican la profecía sobre el nacimiento de Cristo en Belén.
Los Magos continúan su viaje y se detienen justo en el lugar donde la estrella indica el nacimiento de Jesús –no se habla de establo en el relato de Mateo– y reconocen en Jesús al nuevo Rey de los con regalos que consisten en oro, incienso y mirra. Después retornan a sus lugares de origen sin pasar por Jerusalén para evitar a Herodes.
Lo particular es que Mateo no habla de magos, ni de reyes, ni de razas, ni de edades, ni siquiera dice que sean tres. Todas estas son tradiciones recogidas por la Leyenda Dorada. Parte de ellas se "agregaron" en el Siglo IV de nuestra era y vienen del "Opus Imperfectum in Matthaeum", un texto redactado en latín por un escriba iraní inspirado a su vez en el "Libro de Set", escrito a su vez durante el siglo III en Edessa. Según estos textos, al volver a su país los Magos vivieron piadosamente y con los años recibieron el bautismo y la prédica del apóstol Tomás en su camino a la India.
Para encontrar al nuevo Rey, estos Magos siguieron la estrella de Belén, que probablemente sea la conjunción de Venus y Júpiter: si es así, sucedió en el año 2 de nuestra era. Es decir: no unos días después de nacido el niño, sino cuando ya era un infante.
También podría haber sido la conjunción de Júpiter y Saturno, y en ese caso habría ocurrido durante los años 4 y 6 de nuestra era. Otros fenómenos que podrían haber dado lugar a una estrella como la descripta ocurrieron en el año 5DC, y entre el 8 y 6 AC.
Por último, según se explica en un artículo de La Nación, en ninguna parte de los evangelios canónicos se dice que los magos fueran tres. Y los nombres y orígenes (Melchor, Gaspar y Baltazar), vienen de distintas tradiciones y varían entre una y otra. El primer texto en darles nombre es el evangelio armenio: Melkon es el rey de los persas; Gaspar, de los indios, y Baltazar, de los árabes. Al parecer estos eran muy generosos porque traían objetos preciosos como regalo y venían al frente de un ejército de doce mil hombres.