Familiares, amigos, y decenas de colegas del reportero gráfico asesinado José Luis Cabezas participaron junto a funcionarios del acto central de homenaje que se realizó en la ciudad de Pinamar, al cumplirse 20 años del crimen, y repudiaron que ya no queden detenidos por esta causa.
"Cabezas, presente. Ahora y siempre", fue el grito que se escuchó minutos después de las 20 junto al monolito con la imagen del fotógrafo asesinado el 25 de enero de 1997, ubicado en avenida Bunge e Intermédanos, en la entrada del balneario bonaerense.
El acto fue el cierre de una jornada con ceremonias en todo el país, y contó con la presencia de la viuda del reportero, María Cristina Robledo; de su hermana, Gladys Cabezas; del titular del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos, Hernán Lombardi, y del intendente local Martín Yeza, entre otros.
"Es un beso al corazón que no se olviden de José Luis. Y aunque estén sueltos, que los asesinos sepan que la familia no los va a perdonar nunca", dijo la hermana del reportero, mientras caía la noche fría en Pinamar, y vecinos y turistas se sumaban al homenaje entre los pinos del lugar.
La hermana del reportero repudió la decisión de la Cámara Penal de Dolores de liberar por buena conducta el último 21 de diciembre al ex policía Gustavo Prellezo, autor material del crimen, que había sido condenado a cadena perpetua.
Luego del acto se plantó como cada año un pino junto al monolito en memoria de Cabezas, y se proyectó un video con testimonios de vecinos pinamarenses sobre el impacto que tuvo el crimen en la sociedad.
El acto en Pinamar marcó el cierre de una jornada con homenajes en todo el país, que comenzó por la mañana con una ceremonia en el partido de General Madariaga, en la cava donde Cabezas apareció sin vida dentro de su auto.
En ese acto, la viuda del fotógrafo dijo que tenía "el corazón en la mano", y lamentó que los asesinos "ahora están sentados en sus casas, seguramente mirando la tele".