No viene de ser el preferido de Álvaro Uribe en la carrera hacia la presidencia. Desde su puesto de senador hasta conseguir la candidatura oficial del partido, para Iván Duque todo fue mérito propio, confirmado entonces por Uribe cuando ya se lo ha adjudicado.
Ahora tendrá que demostrar que está a la altura de las circunstancias. Se vienen épocas de corte con el gobierno de Santos y planteamientos de diferencias políticas, institucionales y económicas. No hay que olvidar, según El tiempo, que "Petro interpretó a gruesas capas de la población, desesperadas con la desigualdad y la corrupción". Y mal no le fue en la elección. Si su gobierno no encuentra el rumbo, las posibilidades de acá a cuatro años se inclinarán por Gustavo Petro, sin lugar a dudas.
Duque tendrá que gobernar para toda Colombia, más allá de los más de 10.000.000 de votos propios, y prestar oído a todas las fuerzas políticas, sin exclusión. La difícil tarea de unir a un pueblo ya de por sí convulsionado, donde hay claras intenciones de cambio reflejadas en los más de ocho millones de votos de su adversario Petro, sumado a los 800 mil votos en blanco, según cifras que brinda El Colombiano.
¿Qué se puede esperar en materia de política exterior? Los desafíos en este aspecto van desde el manejo de las fronteras, especialmente con Venezuela y un hostil Nicolás Maduro, sumado al problema de grandes contingentes de migrantes venezolanos. No es mejor la relación actual con Ecuador, ya que ambos países se achacan acciones guerrilleras y la prensa está en medio de ellas.
Con Estados Unidos y la política Trump, no encuentra el rumbo Colombia, o mejor dicho, Estados Unidos carece de interé por Latinoamérica. Por lo que va a costar bastante al nuevo presidente sentarse a hablar de narcotráfico, mejoras económicas o justicia.
Los acuerdos comerciales que cerró Santos aún no están implementados en su totalidad. Para El Nuevo Siglo, están pendientes “la ratificación de los Tratados de Libre Comercio –TLC– con Corea del Sur, Israel y el acuerdo comercial con el Triángulo del Norte (Honduras, Nicaragua y el Salvador)”. Y esto sólo para empezar.
Un gran dolor de cabeza será la lucha contra la corrupción, pero no puede esperar. Como en otras regiones de América Latina, es una cuenta pendiente que va a tener que atacar y castigar a sus culpables, saldando una deuda social, como se prevé que resultará en la consulta anticorrupción del próximo mes de agosto, que se estima de alto interés y acatación.
Por último, también tendrá que ponerse firme y actuar en la lucha con el narcotráfico, que se vio duplicado en estos últimos años, llegando actualmente a 200.000 hectáreas con cultivo de coca. Las presiones de Estados Unidos para la reducción y erradicación de los cultivos ya vienen de hace tiempo, y Duque deberá dar una respuesta.
Son muchas las pruebas que deberá superar el nuevo presidente en su cargo. Y toda la región estará pendiente de los resultados. Incluso, también, sus contrincantes políticos.