La victoria de esta mañana de Francia sobre Australia por 2-1 pasará a la historia como el primer partido de fútbol de un Mundial en el que la tecnología fue decisiva a la hora de modificar las acciones de juego, incluyendo la sanción de penales y goles.
Este sábado, el disparo de Paul Pogba dio en el travesaño, picó detrás de la línea y al árbitro uruguayo Andrés Cunha le vibró instantáneamente su reloj para avisar que la pelota había ingresado en el arco en su totalidad.
Antes, Cunha había usado por primera vez el VAR en la historia de los Mundiales para determinar el penal que abrió camino para la victoria francesa sobre los australianos, en la apertura del Grupo C en la ciudad de Kazán.
La jugada que ameritó la revisión ocurrió a los 12 minutos del segundo tiempo, cuando el defensor Joshua Ridson derribó al delantero Antoine Griezmann mientras encaraba directo hacia el arco de Mathew Ryan.
Cunha recibió una comunicación desde el gabinete de asistencia integrada por el argentino Mauro Vigliano, se dirigió a la cabina del VAR y tras revisar la jugada desde distintos ángulos entendió que el australiano había hecho contacto -mínimo- sobre el francés.
Entonces marcó el penal, amonestó a Ridson y Griezmann decretó la apertura del marcador con un disparo al palo izquierdo.