En medio de una jornada histórica en Argentina, la Cámara de Diputados debate el proyecto de legalización del aborto en una sesión maratónica y con un final aún incierto. La discusión, que se convirtió en uno de los debates sociales más importantes desde el regreso de la democracia, puso sobre el tapete estadísticas de la situación del aborto a nivel mundial.
De acuerdo a un estudio del Instituto Guttmacher, el 81% de las mujeres en países desarrollados vive con leyes que permiten el aborto sin restricción, mientras que en los países en desarrollo esa cifra es sólo del 29%. Dentro de la Unión Europea, 22 países permiten la interrupción voluntaria del embarazo y en otros continentes estados como Rusia, Canadá, Australia y Estados Unidos también legalizaron el aborto.
Dentro de Asia, China es uno de los países que sienta precedentes con respecto a este tema. Allí, la interrupción voluntaria del embarazo es legal y es un servicio sanitario gratuito desde 1975 sin importar los motivos que tenga la mujer para realizarlo.
"Creo que todos tenemos derecho a decidir sobre nuestra vida", detalló a Vía País Michelle Hao, una ciudadana china de 28 años que a sus 15 decidió abortar. "Muchas jóvenes quedan embarazadas porque nadie les explicó las consecuencias o por accidente, como me sucedió a mí. Yo no estaba preparada para traer un chico al mundo. El aborto legal es una manera de ser responsable con las próximas generaciones", agregó la joven. En su caso particular, cuando tomó conocimiento de su embarazo se acercó a un hospital de Beijing donde –con el consentimiento de sus padres– los médicos le realizaron el procedimiento y el posterior seguimiento necesario para asegurarse que su salud evolucionara de manera positiva.
Según informa la Fundación China para el Desarrollo de la Mujer (CWDF), China registra entre 8 y 10 millones de abortos anuales, y en el 55,9% de los casos las mujeres ya se habían realizado abortos previos. La discusión sobre el alto número de abortos está relacionada con la política de hijo único, una medida de control de la población establecida en el país en 1979 con el fin de controlar la natalidad y reducir el riesgo de superpoblación, siendo China el país más poblado del mundo. Debido a esta política de control de natalidad, algunos organismos como la ONG Derechos de la Mujer Sin Fronteras denunció abortos y esterilizaciones forzadas en el país asiático.
En octubre de 2015 China abandonó la política de hijo único permitiendo a todas las parejas casadas tener dos niños, como una medida para revertir el rápido envejecimiento de su población. Esta modificación vino aparejada también con la implementación de políticas de educación sexual.
"Es necesario mejorar la conciencia de las mujeres sobre el peligro de los abortos repetidos, así como educarlos con el conocimiento adecuado de cómo usar anticonceptivos" dijo en 2014 la entonces vicepresidenta de la Federación de Mujeres de China, Yu Hongqiu, en el marco de la presentación de un proyecto lanzado en conjunto con diversos institutos de investigación en planificación familiar. Dicho proyecto patrocina alrededor de 480 clínicas en China que proporcionan anticoncepción y asesoramiento de salud para mujeres que abortaron y brindan consultas a aquellas que tengan dudas sobre el aborto.
“Falta mucho por hacer en lo que respecta a la educación sexual. En las escuelas nos explicaron lo básico, pero hay que concientizar más, incluso a los padres para que sepan educar a sus hijos”, opinó Michelle Hao.
El debate sobre las tasas de aborto y la educación sexual se da en un marco de búsqueda de la mejora de los derechos de la mujer en el país asiático. Liu Meng, Vicerectora de la Universidad de Mujeres en China, destacó a Vía País que "hoy la mujer china tiene mayor participación en cuadros estatales, acceso igualitario a la Universidad y mejores puestos de trabajo. Es una tendencia que se profundiza año a año".
Aunque en la actualidad la tasa de empleo de las mujeres chinas se sitúa entre las primeras a nivel mundial, se sigue trabajando para eliminar la brecha salarial. “Las mujeres ganan solamente un 70 % del salario de los hombres, y cuanto más nivel tiene el empleo, menos mujeres hay. Debemos seguir mejorando eso”, finalizó Liu Meng.