Dos opciones de semifinalistas, una muy realista con Juan Martín del Potro (6) frente al croata Marin Cilic (4) y otra pendiente de la fe y la garra del joven Diego Schwartzman (12), colocan a Argentina en una inmejorable situación para continuar con representantes en Roland Garros.
Pero la lluvia complicó el desarrollo de los partidos, que debieron ser suspendidos y se reanudarán recién el jueves a las 7 am, hora argentina.
En la pista central, Schwartzman derrotaba al número 1 del mundo 6-4 en el primer set, con 5-3 para Nadal en el segundo, y sirviendo para igualar, mientras que Cilic y Del Potro disputaban el tie-break (5-5) para dirimir la primera manga.
Con respecto a las chances de los argentinos, quien tiene más opciones es Del Potro, que ya jugó semifinales en 2009 y deberá derrotar al siempre complicado Cilic si quiere repetir su mejor gesta en el Abierto de Francia.
El de Tandil mantiene un recorrido brillante en Roland Garros con un solo set perdido durante el debut. En octavos de final, por su parte, derrotó con llamativa facilidad al estadounidense John Isner (10).
"Nos conocemos mucho. Él sabe cómo hacer para ganarme y viceversa. Veremos qué pasa. Será un interesante partido y bonito de ver", señaló el tandilense en la previa al choque con Cilic.
De conseguir el pase Del Potro, serían sus segundas semifinales de un Grand Slam desde su retorno a las pistas en 2016 y marcarían su recuperación definitiva con el ascenso al cuarto escalón del ranking ATP.
De conseguir un triunfo, Del Potro tendría enfrentaría en semifinales al ganador del duelo entre su compatriota Schwartzman y el español Rafael Nadal (1).
La segunda esperanza argentina justamente recae en el enorme presente del "Peque", quien tiene la compleja tarea de dar el batacazo del certamen frente al "dueño" y diez veces campeón del torneo.
La garra que demostró en octavos frente al sudafricano Kevin Anderson (7), a quien remontó dos sets en contra, solidificaron la confianza del tenista porteño, que hasta ese duelo no había perdido ningún set en París.
"Si no pensara que puedo ganarlo no jugaría", aseguró "Peque", quien consideró que en los cinco duelos que lo midieron ante Nadal él contó con más opciones de las que refleja el marcador (todas victorias para Rafa).
En realidad, ambos son buenos amigos e incluso compartieron 45 minutos de práctica y se conocen a la perfección.
Tras superar un momento difícil de la temporada, Schwartzman pasó unos días en la academia balear de Nadal, lo que llevó al mallorquín a ironizar diciendo que no volvería a invitarlo porque "de allí sale disparado".