El papa Francisco visitó este domingo la Comunidad de San Egidio, en el histórico barrio romano de Trastevere, para un encuentro de tres horas con pobres, refugiados, personas sin techo y discapacitados, donde fue recibido por una multitud y envió un mensaje en contra de la xenofobia.
El Pontífice, en el 50 aniversario de la organización católica fundada por Andrea Riccardi, llamó a superar los miedos que nos llevan "a considerar al extranjero, al distinto, al pobre como si fuera un enemigo".
"Cruzar las fronteras y los muros" y sobre todo continuar construyendo "una globalización de la solidaridad y del espíritu" para que "ninguno sea más extranjero", pidió
Francisco llegó a una repleta plaza Santa María en Trastevere bajo la lluvia y tras agradecer, se permitió bromear con los presentes: "Roma tiene las puertas abiertas, pero también el cielo tiene las puertas abiertas y soltó toda el agua..."
El Papa hablo de acogida, inclusión y advirtió sobre la xenofobia como "una enfermedad antigua que puede contagiar también a los cristianos".
Subrayó la importancia de "reconstruir pacientemente el tejido humano de las periferias al que la violencia y el empobrecimiento lastimaron", al tiempo que agradeció a la Comunidad de San Egidio por su trabajo diario en ellas.