Como consecuencia del calentamiento global, el Polo Norte presentó un comportamiento inusual y, debido al deshielo, está enviando una ráfaga de frío ártico sobre Europa.
En el extremo norte de Groenlandia, el centro meteorológico Cape Morris Jesup ha tenido un récord de 61 horas de temperaturas por encima del punto de congelación en lo que va de 2018.
"Nunca ha sido tan extremo", dijo Ruth Mottram, científica del Instituto Meteorológico de Dinamarca. El calor llega al Ártico tanto desde el Atlántico como a través del Estrecho de Bering.
Alrededor de toda la región ártica, las temperaturas son ahora de aproximadamente 20 grados por encima de lo normal y se ubican en menos 8 grados, de acuerdo a los cálculos del instituto.
Tal es el fenómeno que se produjo este lunes una sorpresiva tormenta de nieve en Roma. Mientras que en ciudades que van desde Varsovia a Oslo, las temperaturas cayeron con fuerza por los vientos del este.
Ya en 1973, un estudio sugirió que un océano Ártico sin hielo podría hacer que regiones ubicadas al sur fueran más frías.
El hielo marino en el océano Ártico está en un mínimo histórico para fines de febrero de 14,1 millones de kilómetros cuadrados, de acuerdo a datos de Estados Unidos. Eso es alrededor de un millón de kilómetros cuadrados menos que lo normal, una superficie similar a la de Egipto.