"Desde el punto de vista clínico, el Covid-19 no existe más", dijo el profesor Alberto Zangrillo, director de la terapia intensiva del hospital San Raffaele de Milán, el mayor centro médico privado de Italia. Y por supuesto, abrió la polémica.
Italia fue el primer país europeo en sufrir el avance del coronavirus, la enfermedad que se había iniciado en la ciudad china de Wuhan. Desde entonces, 33.415 personas murieron y más de 233 mil resultaron contagiadas, según datos oficiales.
Hace dos semanas que la curva epidémica viene en descenso, y según afirmó Zangrillo en medios televisivos locales, los hisopados nasofaríngeos realizados en los últimos diez días "tienen una carga viral cuantitativa absolutamente infinitesimal respecto a los que hemos realizado a los pacientes hace uno o dos meses".
"Desde el punto de vista clínico el virus no existe más", aseguró, en contradicción con los científicos que sostienen que el Covid-19 llegó para quedarse, y reveló que las salas de "primeros auxilios y servicios de terapia intensiva están vacíos", tal como reprodujo Clarín en un informe.
Zangrillo, médico personal del tres veces primer ministro Silvio Berlusconi (83), señaló a las personalidades más importantes del Instituto Superior de Sanidad y de la Protección Civil como culpables de difundir "una serie de números que tienen evidencia cero, lo que ha llevado a bloquear a Italia".
Además, recordó que las otras dos epidemias que sufrió el país en las últimas décadas, la Mers (o enfermedad de los dromedarios) y la Sars (nacida en China) desaparecieron "para siempre". Y sentenció: "lo mismo auspiciamos para esta tercera epidemia de coronavirus".
Luca Richeldi, científico y neumólogo, respondió: "El virus circula actualmente y son equivocados estos mensajes que no invitan a la prudencia".
Por su parte, el presidente del Consejo Superior de Sanidad, Franco Locatelli, declaró que "basta simplemente mirar el número de nuevos casos de positividad del Covid-19 que se confirman todos los días, como demostración de la persistente circulación en Italia del nuevo coronavirus". Y alcaró: "No hay que olvidar que este es ante todo el resultado de las extremas medidas de contención de la circulación viral adoptadas en nuestro país".
Giuseppe Ippolito, director científico del Instituto Spallanzani y miembro del Comité Técnico-Cientifico creado por el gobierno, señaló que "la disminución de los enfermos va atribuida al efecto de la cuarentena. No hay nada que haga pensar que el virus ha cambiado. El virus circula menos y por eso la gente tiene una exposición menor a la cantidad de Covid-19".
El primario de enfermedades infecciosas del instituto Sacco de Milán, profesor Massimo Galli, dijo que "hay algunas evidencias que después de semanas y semanas el virus no se muestra particularmente activo. No tenemos la certeza, pero si es cierto que hay una disminución de la potencia del virus, las personas que salen a la calle tendrán menos problemas".
Matteo Basetti, director de la clínica de Enfermedades infecciosas del Policlínico San Martino de Génova, conincidió con Zangrillo en que "el virus es menos virulento, tiene menos carga viral y esto ha sido demostrado en el laboratorio del hospital San Rafael. También ha mutado, como verificó el laboratorio del hospital de Brescia. Se puede decir que la enfermedad es distinta de antes, pero el virus está ahí todavía. Por eso hay que mantener las distancia, usar el barbijo y lavarse siempre las manos".