El mercado vuelve a manifestar expectativas respecto a la definición de las negociaciones entre el Gobierno nacional y los acreedores privados para reestructurar deuda por más de 65.000 millones de dólares y este lunes el Riesgo País se ubicó en 2693 puntos, registrando una caída de 5,1%.
Esto fue propiciado por la baja del dólar blue de entre un 3% y un 6,5%, sumada al aumento de los bonos, que subieron entre 3 y 5%. El nivel de este lunes del indicador que elabora el banco JP Morgan para medir el riesgo crediticio es el más bajo desde el 8 de marzo pasado.
El dólar oficial, en tanto, cerró en un promedio de $70,26 para la venta al público, con un incremento de 20 centavos respecto del viernes, en tanto en el mercado bursátil el dólar contado con liquidación (CCL), marcaba una caída de 1,3%, hasta los $119,72. Así, el dólar con el recargo de 30% culminó la rueda en un valor final de $91,33.
El dólar MEP operó también en baja, en este caso de 1,2%, en $116,58 por unidad, mientras que en el segmento mayorista la divisa avanzó nueve centavos y finalizó en $67,82.
También se observaron ganancias en los valores de las acciones de las empresas argentinas que se negocian en Wall Street. Los denominados ADR (por sus siglas en inglés) llegaron a subir hasta 13,1%, como era el caso de los papeles de Transportadora Gas del Sur. Esa tendencia alcista se enmarcó también en una apertura de fuertes ganancias en los mercados de referencia, donde el índice industrial Dow Jones avanzaba 3% en la apertura.
Las ganancias de las posiciones argentinas se producían frente a las crecientes expectativas de los operadores financieros tras conocerse que los grandes fondos que representan a los acreedores privados le entregaron al Gobierno contrapropuestas para tratar de acercar posiciones y lograr reestructurar la deuda, tal como pretende la administración del presidente Alberto Fernández.
Aunque las deliberaciones en la Casa Rosada se manejan bajo total hermetismo, trascendió que dos de esos ofrecimientos permitirían acercar posiciones. El plazo para evitar un default vence el próximo viernes, cuando el país debería pagar los vencimientos ya postergados de los bonos globales.
Sin embargo, también se barajó en las últimas horas la posibilidad de que las discusiones con los tenedores de bonos emitidos bajo ley extranjera puedan llevarse adelante más allá de esa fech y bajo un contexto de default selectivo.