A Olivia Jackson la convocaron para reemplazar a Milla Jovovich en una escena de riesgo para Resident Evil y no lo dudó. Jamás se imaginó que su vida cambiaría para siempre: en la filmación, algo salió mal y perdió un brazo. Desde entonces su vida se conviritó en un calvario.
Sucedió durante un rodaje en Sudáfrica en 2015, donde se hicieron las últimas tomas de Resident Evil: The Final Chapter. Cuatro años más tarde, finalmente decidió demandar a los productores del film por daños y perjuicios.
Había sido programada para una escena de pelea, pero el director Paul Anderson cambió el horario a último momento por el mal clima. Tenía acelerar en una moto a 64 kilómetros por hora hacia una cámara que se suponía que iba a ser levantada por una grúa antes de que ella llegara a ese punto. Por error la elevaron un segundo más tarde y la cámara le cortó el brazo.
Mediante un posteo en su cuenta de Instagram mostró cómo quedó su espalda: "Esta es la parte superior del cuerpo retorcida que me queda de mi accidente. Espina dorsal, cuello descentrado (la parte más dolorosa), omóplato torcido, hombro permanentemente dislocado, un brazo, atrofia muscular en el lado izquierdo de mi núcleo y muchas otras cosas", escribió.
"No quiero quejarme, pero a veces tengo que querer salir de mi propia piel y de todos los dolores que hay en ella", finalizó.