Para entrar en vigencia, el acuerdo Mercosur-UE deberá obtener la aprobación de los parlamentos Europeo, de cada uno de los 28 estados miembro europeos y de los cuatro países socios del bloque sudamericano. En total, 33 procesos legislativos. Es decir que al convenio, negociado durante 19 años y cerrado el viernes, aún le queda un largo y difícil camino por andar.
Con seguridad, en uno y otro hemisferio se reclamarán cambios y en la Argentina la oposición planteará sus objeciones.
Vía País consultó al respecto a los presidentes de las comisiones de Relaciones Exteriores del Senado, el radical mendocino Julio Cobos, y de Diputados, la macrista porteña Cornelia Schmidt-Liermann.
Los legisladores oficialistas creen que de las discusiones sobre la conveniencia del acuerdo ya vinieron participando sindicatos, empresarios y todos los sectores políticos, como el kichnerismo, que inclusive estuvieron en el poder mientras se realizaban las negociaciones.
Por lo tanto, consideran que la aprobación no debería trabarse en el Congreso, aunque admiten que no será de la noche a la mañana y que se realizarán exhaustivos debates.
Tema avanzado
"Desde el año 95 que estamos con esto. Tendríamos que darle toda la celeridad, hemos trabajado con todos los espacios políticos y de la producción y con los sindicatos, separando los temas más sensibles. El acuerdo con la UE está bastante aceitado y las ventajas son muy grandes para la economía nacional y para las economías regionales", destacó Cobos.
En comunicación con este diario desde Osaka, Japón, el exvicepresidente de la Nación subrayó que "no tiene que haber mezquindad" por parte de la oposición y subrayó que el oficialismo informará "todo lo que haya que informar" en relación con el acuerdo.
"No podemos hacernos los distraídos. Es un asunto que debemos debatir y trataremos de sacarlo del tema electoral", aseveró.
Cobos igualmente se mostró confiado en el acompañamiento de la mayoría de la oposición. "Con Omar Perotti (PJ-Santa Fe), el vicepresidente de mi comisión, trabajamos mucho, aceptando todos los pedidos y los requisitos de las entidades que tenían que concurrir. Lo tomamos como una política de Estado", aseveró.
El martes se realizará una reunión del bloque de senadores de la UCR y, posteriormente, del interbloque Cambiemos, que integran diputados del PRO y de otros monobloques aliados.
"No es solo para exportar vacas"
Schmidt-Liermann, por su parte, sostuvo que pese al año electoral y a la floja producción legislativa —debido a que Cambiemos carece de mayoría en ambas cámaras y le cuesta acordar leyes con la oposición—, en el caso del acuerdo con la UE "sí va a haber margen para empezar a trabajarlo" durante este año.
"Ya se han llevado a cabo reuniones con líderes de la oposición, tanto en Cancillería como en la Casa Rosada y el Congreso, donde inclusive se fueron tomando resguardos sobre la situación de las economías regionales y de las denominaciones de origen, pero igualmente el trabajo concreto sobre el convenio hay que hacerlo con seriedad y consensos", advirtió la diputada.
Señaló que "cómo y cuándo" se debatirá el convenio en el Congreso es algo que se debe conversar con el canciller Faurie.
"Lo que a mí sí me entusiasma es que tenemos gran posibilidad de exportar valor agregado y servicios, porque las industrias creativas europeas demandan servicios. No es verdad que sea solo para exportar vacas. Justamente los franceses tienen temor por el ingreso de nuestros productos agrícolas", señaló.
De esta manera, Schdmidt-Liermann le respondió al vicepresidente de la comisión de Relaciones Exteriores de Diputados, el kirchnerista mendocino Guillermo Carmona, quien en Twitter señaló que "el Congreso deberá frenar este despropósito".
"Pacto colonial"
"En el peor momento de la economía en décadas, firman un papel que solo los presentes saben qué dice y festejan como si fuera la Copa del Mundo. Es un paso más hacia el fin de la industria y el trabajo nacional", dijo Carmona y señaló que "los europeos sintetizan lacónicamente, con precisión y sin anestesia la clave del acuerdo: vacas (cows) por autos (cars)", por lo que el convenio es "la renovación del pacto colonial en el siglo XXI de la mano de Macri y Bolsonaro y de líderes europeos".
Para Schmidt-Liermann, "a este acuerdo con la UE hay que cuidarlo mucho, porque costó 20 años construirlo" y lamentó que "al transitar un año de campaña se politicen las cosas".
"Hay que preservar la voluntad contractual. Una metodología es trabajar en mesas chicas con la oposición, hay que ir viéndolo todo. Lo que sí puedo asegurar es que no se va a aprobar de hoy para mañana", sostuvo.