Una mujer de Ushuaia tejió a mano muñecos que llegaron a los hijo de Lionel Messi

El hombre que logró poner los amuletos en manos de la familia Messi se llama Agustín Guerra. Su esposa Antonela Lavori, inició un emprendimiento de artesanías durante la etapa más restrictiva de la pandemia de coronavirus.

Una mujer de Ushuaia tejió a mano muñecos que llegaron a los hijo de Lionel Messi
Muñecos tejidos a mano en Ushuaia llegaron a los hijos de Lionel Messi.

Antonela Lavori, inició un emprendimiento de artesanías durante la etapa más restrictiva de la pandemia de coronavirus, con la confección de muñecos de lana tejidos a crochet y comercializados a través de Instagram.

Durante el Mundial su esposo, Agustín Guerra, llevó el “Amigurumis” (así se denominan las creaciones) de Messi para que “lo acompañara”. Fue en la semifinal contra Croacia. En la entrada al estadio Lusail se dio cuenta que por el pasillo contiguo estaban ingresando los familiares de los jugadores.

Agustín contó a La Nación: “Ahí tuve la idea de entregarle el muñeco a la familia de Messi. Un neerlandés que me observaba me hizo notar que ellos entraban por otro sector, así que empecé a correr y llegué justo cuando la mamá de Lionel estaba pasando el vallado”

Cuando le estaba entregando el muñeco, Ciro, el hijo menor del capitán, subido a caballito del hermano de Leo, empezó a gritar que él lo quería, según dijo Agustín.

Yo lo quiero, yo lo quiero, decía Ciro antes de pasar las vallas. Lo vi tomarlo con tanto cariño que me dio la impresión de que se lo iba a quedar”, relató.

Fotos y videos de Ciro con el muñeco, confirmaron la presunción.

Un nuevo desafío surgió entonces para Agustín. El día de la final contra Francia volvió al mismo sitio para intentar regalarle a la familia Messi su otro amuleto, la figura de Maradona.

Y así llegó hasta Antonella.

Fui temprano y pude llegar hasta Antonela (Roccuzzo, la esposa de Messi). Le conté que le había regalado el otro muñeco a Ciro y ella me lo agradeció.

En ese momento apareció Mateo, tomó la figura de Diego, y le dijo a Ciro que venía detrás: ‘Mirá Ciro, ahora tenemos a Maradona’. Fue increíble”, contó Guerra; protagonista de una anécdota increíble.

Entregó también una carta, en la que cuentan quienes son y la actividad que hacen. Aún no hubo respuesta pero no pierden la ilusión que suceda.

“Estamos esperanzados de que alguna vez nos contacten. Igual ya sería fabuloso que guardaran los muñecos como recuerdo. Fue una experiencia única e increíble”, afirmó Agustín.

“Lo más importante es la inmensa alegría de haberles podido hacerles llegar los muñecos a la familia Messi y que a sus hijos les hayan gustado”, finalizó.