Wos volvió a demostrar su categoría y su nivel en el Hipódromo de San Isidro. Desde el escenario Samsung, eje del Lollapalooza Argentina, reflejó porque es uno de los músicos más populares de la actualidad. Al flow con el que ya nos acostumbró en sus comienzos le sumó un nervio rockero que enriquece su obra.
A los cinco minutos de haber comenzado ya se había metido a todo el público en el bolsillo: “Wosito, Wosito”, se escuchaba abajo del Flow. La lista elegida por Valentín Oliva atravesó sus distintas etapas, desde canciones que forman parte de Caravana, pasando por Tres puntos suspensivos hasta Oscuro Éxtasis.
“¿Estamos para bailar un poquito?”, preguntó antes de tocar Fresco. Después hubo espacio para la improvisación junto a Acru, que arriba del escenario es uno de sus mejores socios. “Qué locura hasta donde llegó el hip hop en Argentina. Ahora hay pibes que riman en todas las esquinas”, lanzó ante una ovación el autor de “Jugador del año”. Los momentos más rockeros se vivieron en “Luzdelito” y “Que se mejoren”.
Sin embargo, el momento más enérgico llegó cuando su amigo Ca7riel subió al escenario para cantar “Niño Gordo Flaco”. “Cada vez estoy más cerca del sol”, se cantaban en un San Isidro que contrariamente estaba empezando a dejar la tarde atrás. Sobre el final, el mega éxito Canguro y Púrpura, ante unas visuales de ese mismo color sirvieron de cierre de uno de los shows más esperados de la primera jornada.
Crónica por Benjamín García.